sábado, 30 de octubre de 2021

Revolución y contrarrevolución en la región española

 

[GCI-ICG] Tesis acerca de la revolución y la contrarrevolución en la región española durante los años treinta (es) (en) (fr) (cs)

 

| Español | English | Français | Čeština |

Publicamos aquí un documento histórico, elaborado en 1997 por los compañeros del Grupo Comunista Internacionalista (GCI), que sintetiza en forma de tesis las rupturas programáticas alcanzadas por nuestra comunidad de lucha acerca de la revolución y la contrarrevolución en España durante los años 30.

Estas tesis son un documento de trabajo, un borrador, y debían ser criticadas con el fin de obtener contribuciones más amplias en vistas de la publicación de materiales sobre el tema.

Hasta la fecha, el GCI sólo ha publicado una revista completa dedicada a esta cuestión crucial, a saber, Comunismo nº66, en la que también hemos encontrado la presente contribución…

 

1.

La reapropiación de la historia de nuestra clase es una tarea fundamental para la organización y la centralización del proletariado en su lucha por la revolución comunista mundial. De esa manera podemos extraer las experiencias, tanto errores como aciertos, y convertir esa derrota pasada en un arma de lucha para el presente y el futuro.

2.

El capitalismo deforma y desfigura toda la memoria histórica de nuestra clase. La obra ideológica fundamental realizada por el Estado consiste en camuflar las verdaderas contradicciones de clase, en presentarlas como antagonismos internos del esquema burgués de poder, en esconder la fuerza de la revolución. En Rusia, antes y después de 1917, se intentó negar la fuerza revolucionaria del proletariado y su capacidad para luchar por una sociedad comunista, se nos dijo que ahí había feudalismo y, al final, en base a esa misma concepción socialdemócrata que […] [predominó] en los bolcheviques, se aplicó una política abierta de defensa y desarrollo del capitalismo. De la misma manera, en España, la socialdemocracia afirmaba que no se podía hacer la revolución proletaria porque todavía había feudalismo y el proletariado primero debía asumir, realizar, las tareas democrático-burguesas. Todas las corrientes que defendían la tesis de la España con feudalismo y tareas democrático burguesas por realizar se situaron como es lógico en las antípodas de los intereses del proletariado y de su movimiento revolucionario, y lucharon por transformar la lucha de clases y los proyectos antagónicos de la burguesía y el proletariado (capitalismo y comunismo) en una lucha interburguesa entre formas de gobierno y gestión del Capital. A esta concepción, a esta práctica social decisiva en la contrarrevolución, corresponde una visión de la historia de España en la cual lo que habría sucedido sería una guerra civil entre fascistas y antifascistas, entre franquistas y republicanos.

3.

Para nosotros por el contrario, el movimiento proletario en la región española durante los años treinta es la última tentativa revolucionaria de la mayor ola mundial de luchas proletarias que se ha producido hasta la actualidad, un período que se inició en los albores del siglo XX (1904/1905), tuvo su fase central entre 1917/1921, y terminó con la derrota de 1937. El movimiento revolucionario mundial en 1917/19 había obligado a parar la guerra. En la década de los treinta, tras las amplias e importantes derrotas que el proletariado internacional había sufrido hasta entonces y que habían culminado con la represión y liquidación frentepopulista del proletariado en China, el Capital tendía ineluctable a la guerra imperialista, repolarizando el mundo entre fascistas y antifascistas, afirmando así la necesidad de imponer su ciclo infernal para seguir reproduciéndose en forma ampliada. Ante esta tendencia de la burguesía mundial a reanudar la guerra imperialista, el proletariado solo logra responder afirmando su terreno de clase (la lucha por la revolución social) en algunos países como El Salvador, Austria, y principalmente en España…, mientras que en el resto del mundo se encuentra disciplinado en los frentes populares y nacionales. Luego de esa serie de hitos históricos, en los que el proletariado enfrenta regionalmente al capital unificado, la burguesía logra acorralarlo y someterlo a su guerra. La última gran batalla de esa resistencia proletaria a someterse a la guerra capitalista, en donde el proletariado afirma la lucha contra el capitalismo, fue la lucha en España durante los años 30. La derrota, la liquidación de la autonomía proletaria que se producirá particularmente durante el período julio de 1936 a mayo de 1937, al transformar en España la guerra de clases en guerra imperialista, abre definitivamente las puertas a la generalización de la guerra capitalista que culminará con lo que se ha dado en llamar “Segunda Guerra Mundial”.

4.

Durante los años 20 y el principios de los 30 contradiciendo la situación mundial de derrota proletaria, la agitación y lucha proletaria en España sigue creciendo. Durante la primera mitad de la década del 30 el enfrentamiento de clases llega a niveles ejemplares.

Así por ejemplo en mayo de 1931 se producen revueltas proletarias en Madrid, Barcelona… en donde se queman iglesias y conventos. Luego en ese mismo año se producen importantes movimientos proletarios en toda Andalucía así como importantes huelgas, solidarias con los presos, primero en Barcelona y luego en Zaragoza, Algeciras, Bilbao, Huelva, Cádiz,… generalizándose a todo el país.

En 1932 se sigue radicalizando el enfrentamiento de clases produciéndose batallas cada vez más violentas entre proletarios armados y agentes del orden, tanto de grupos de acción de una y otra clase, como de movimientos masivos como el que se produce en la provincia de Logroño en enero que termina generalizándose a todo el país. En la cuenca minera de Alto Lobregat y Cardoner la revuelta proletaria afirma el proyecto revolucionario intentando asumir aspectos centrales de la dictadura revolucionaria: se declara abolido el dinero y la propiedad privada y se asume la necesidad del terror revolucionario. A pesar de la violencia de la represión republicana los movimientos continúan en toda España y las huelgas son el pan cotidiano de los proletarios: Alicante, Valencia, Granada, Tarrasa… En pueblos y regiones enteras se proclama el comunismo libertario siendo en algunos casos una mera declaración, mientras que en otras partes las minorías de vanguardia tratan de imponer por la violencia medidas elementales contra el capitalismo. El proletariado agrícola asume en esta fase un importante papel expropiando los dominios agrícolas por ejemplo en las regiones de Victoria, Zaragoza, Barcelona, Avila, Toledo, Sevilla… También el proletariado minero juega un papel importante ya en esta fecha: en marzo se dan importantes huelgas en Asturias. Los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los proletarios en lucha se suceden en todo el país: Toledo, Córdoba, Orense… durante todo el año.

1933 se abre con importantes luchas en Barcelona, Casas Viejas (Cádiz)… que culminan por la declaración de la huelga insurreccional en todo el país impulsada y encuadrada por la CNT/FAI. Se organiza la fuga de los presos de la prisión Modelo, nuevamente se atacan iglesias y se incendian conventos. El comunismo libertario es proclamado en diversas partes como en Sardanola-Ripollet y en villas y pueblos se hace flamear la bandera roja y negra. La república de Azaña (a la que luego la CNT/FAI se someterá) muestra su capacidad para llevar el terrorismo estatal a su máxima expresión: se da la orden de tirar directamente a matar a los proletarios insurrectos. Los brutales golpes represivos no impiden que ya en mayo el proletariado vuelva a la huelga y a ocupar la calle en Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, Alicante, Sevilla, Granada, Bilbao… En diciembre el movimiento del proletariado adquiere sus expresiones más elevadas en Aragón y proximidades: se queman archivos, se incendian conventos, se lucha abiertamente contra las elecciones.

1934 se abre también con importantes huelgas obreras: metalúrgicos y tipógrafos en Madrid, gaz y electricidad en Barcelona, huelga general en Zaragoza, así como tentativas de huelgas de proletarios agrícolas. Pero sin lugar a dudas el momento más álgido de ese año es la insurrección proletaria en octubre de 1934 que se conoce como “insurrección de Asturias”. A pesar de la violencia del movimiento en Bilbao y dadas las tentativas infructuosas en Barcelona y Madrid, el movimiento queda rápidamente circunscrito a la región de Asturias, especialmente en las grandes concentraciones mineras. La huelga general llevada adelante por el proletariado unificado bajo el signo de U.H.P (Unión de Hermanos Proletarios) asume inmediatamente un carácter armado e insurreccional escapándosele de las manos a los sindicatos y los partidos (principalmente del P.S.O.E.) que intentan controlarlo. El proletariado minero toma la ciudad de Oviedo utilizando la dinamita y algunas armas, también en otras ciudades como Gijón el movimiento es directamente insurreccional. Se atacan las fábricas de armas, así como los centros de poder, se expropia y se intenta organizar la producción sobre otras bases; pero el rápido fracaso de la insurrección en el resto del país y los límites del armamento proletario permite al Estado aislar el movimiento y concentrar todas sus fuerzas para derrotarlo. Luego de una terrible lucha de 20 días y una sangrienta represión el Estado impone la vuelta al orden. La represión y el terrorismo generalizado del Estado caracterizará el resto de 1934 y todo el año 1935. Luego del aislamiento y la derrota de la Comuna de Asturias de octubre de 1934, se siguen produciendo grandes luchas en toda España, pero al mismo tiempo la ideología frentepopulista y antifascista se va imponiendo cada vez en más las estructuras organizativas del proletariado hasta el triunfo electoral del Frente Popular y la amnistía de los presos políticos, que constituyen ya, formas de canalización democráticas de la lucha proletaria desarrollada hasta entonces.

En 1936 el proletariado es capaz de armarse, enfrentar y vencer al fascismo pero al mismo tiempo se paraliza frente a la república. La tendencia a “ir por el todo” y a la “dictadura de la anarquía” que se antes se expresaba por doquier, va perdiendo fuerza frente a los antifascistas que por otra parte encuentran apoyo a sus tesis en julio de 1936 en la amenaza de las flotas francesa e inglesa. Con el “colaboracionismo antifascista” descarado de la CNT, la FAI, el POUM a partir de julio de 1936, el proletariado pierde autonomía contra el Estado burgués que en base a ello va logrando desarmarlo y encuadrarlo en los ejércitos antifascista y fascista. La última gran resistencia generalizada del proletariado se produce en las gloriosas jornadas de mayo de 1937 en donde el proletariado se encuentra solo en la calle enfrentando a todas las estructuras del Estado burgués, incluido no solo sus represores republicanos stalinistas y socialistas sino también lo que habían sido sus organizaciones, la CNT, la FAI, el POUM…

5.

Una vez más, la derrota del proletariado en España se produjo porque éste no logró organizarse como clase y como partido autónomo contra todas las fuerzas burguesas. Y todo ello gracias a la concepción y la política socialdemócrata del mal menor, del apoyo a la democracia progresista, de alianza de los mal llamados “partidos obreros”. A la Alianza Obrera de octubre de 1934 entre PSOE, BOC (después POUM), PCE y secciones de la CNT, siguió el Frente Popular de principios de 1936 contra el fascismo, que unía a PSOE, PCE, POUM, CNT y toda una serie de partidos burgueses declarados (ERC, Azaña…). La constitución del Frente Popular y de la alianza antifascista significó la rápida y total disolución de la autonomía de clase del proletariado y su enrolamiento en la guerra interburguesa en España primero y después en la segunda guerra mundial en el resto del mundo.

6.

El Frente Popular (y más precisamente la dualidad antifascismo-fascismo) es la táctica utilizada en ese momento por la burguesía contra el proletariado para liquidar su autonomía de clase. Los fenómenos del fascismo, del nazismo, del frentepopulismo, del stalinismo, que se desarrollan en esos años tienen todos las mismas características básicas de conciliación nacional, movilización de masas, apología del trabajo y de la producción en gran escala y conducen todos a la renuncia de los intereses proletarios, al esfuerzo nacional y en última instancia a la guerra imperialista, donde el único papel que tiene el proletariado es el de carne de cañón. A pesar de la resistencia activa de las fracciones comunistas e internacionalistas, el proletariado no logra la ruptura con dichas corrientes y terminará jugando exactamente ese papel de carne de cañón. España es entonces el último país en donde el proletariado libra una gran batalla revolucionaria de todo el período y a su vez el primer país en donde el capitalismo mundial logra concretar la canalización de todas las energías proletarias en la guerra fascista-antifascista cuya culminación será la guerra mundial.

7.

La lucha en España durante la década de los treinta en la medida que culmina en la transformación de la guerra social en guerra imperialista y en destrucción/liquidación del proletariado concluye el proceso contrarrevolucionario que ya era general en el mundo. Para ello fue fundamental el papel que jugó la socialdemocracia, como partido burgués para los obreros. Ese rol lo desempeñaron PSOE, PCE, POUM y CNT. Mientras que las dos primeras tiene un programa abiertamente burgués y opuesto a la revolución proletaria (tareas democrático burgueses…) será en las otras dos que el proletariado estructuró su lucha. No existen otras organizaciones masivas de proletarios organizados autonomamente. A partir de estructuras militantes de la CNT, la FAI y pequeños grupos, que aunque no son oficialmente reconocidos se reivindicaban de esas estructuras, se organizó la insurrección armada. Minorías y grupos que se reivindicaban de la CNT fueron la vanguardia de las expropiaciones proletarias y de la acción autónoma de la clase obrera contra el capitalismo. La masa proletaria no organizada vio también en la CNT a su organización. Sin embargo, tanto por su práctica social global (la CNT era principalmente un sindicato y funcionaba como un aparato del Estado burgués) como por su concepción (predominio de una ideología anarquista incapaz de concebir la lucha contra el Capital y el Estado), esa organización que encuadraba a la vanguardia del proletariado no pudo dar otra dirección que no fuera la del antifascismo. En efecto, desde mucho antes de 1936, la CNT había confirmado su naturaleza socialdemócrata y durante las elecciones de ese año, así como con posterioridad, se mostró como un aparato capaz de funcionar como el ala izquierda del republicanismo y el Frente Popular. Más aún, durante los meses previos al asalto insurreccional de julio de 1936 se había ido imponiendo una línea abiertamente antifascista a secas (es decir burguesa) que ya no designaba como enemigo a la burguesía y el sistema social capitalista, sino al fascismo. Aunque esta práctica se denunciara en el interior mismo de la CNT (por ejemplo, en el Congreso de Zaragoza), el frentepopulismo se impuso totalmente en la renuncia al abstencionismo revolucionario y en la participación activa en las elecciones del lado del Frente Popular.

8.

En las luchas en España, el proletariado alcanzó grados importantísimos de autonomía y dio evidencias del alcance de la revolución que contiene. Son de destacar la concreción y la radicalización de la lucha, la autonomía de los proletarios al armarse y tomar los centros de poder en diversas ocasiones como en octubre de 1934 y julio de 1936, las rupturas de grupos o fracciones que fueron más lejos que sus propias organizaciones, la rápida extensión de consignas y tentativas prácticas de lucha contra la propiedad privada, las expropiaciones de tierras y fábricas, los intentos de abolición del dinero, la búsqueda de organismos de producción colectiva y la búsqueda de otras formas de producción y distribución; sin embargo, la ideología antiautoritaria, antidictatorial,… socialdemócrata que predominaba dispersó esa formidable energía en miles de pequeñas acciones sin fuerza orgánica capaz de reventar el capitalismo. La concepción gestionista predominante se completaba perfectamente con la política antifascista y juntas impidieron que el proletariado impusiera sus propios intereses en base a su dictadura revolucionaria. Ese extraordinario movimiento del proletariado no tenía una dirección revolucionaria en el sentido más fuerte de esa palabra y en su lugar existía una dirección formal que no correspondía con la práctica real del movimiento y que lo dirigía al callejón sin salida del antifascismo y el gestionismo radical: la formación de colectividades en coexistencia pacífica con la economía capitalista.

9.

En 1936, el proletariado se arma y conquista la calle frente a la burguesía, a la propiedad privada y al Estado; pero se encuentra desarmado políticamente por las organizaciones de la socialdemocracia que con sus ideologías anarquistas y secundariamente socialistas y leninistas lo conducen atado de pies y manos a aceptar la disciplina del antifascismo (milicias antifascistas), la república burguesa (legalidad democrática), la gestión capitalista (colectividades). Aunque los aspectos militares, políticos, económicos de la lucha de clases están indisociablemente unidos, podríamos esquematizar la imposición de la contrarrevolución haciendo una disociación de esos aspectos para exponerlo con más claridad. En lo militar se liquidó la lucha de clases al someter al proletariado al frente militar dirigido por la burguesía republicana. En lo político, la entrada y colaboración de esas organizaciones en el gobierno republicano fue una confirmación de su incapacidad de darle a la situación una salida revolucionaria y de su política contrarrevolucionaria de conciliación de clases. En lo económico, la ideología que pretende que se puede organizar la producción sobre bases revolucionarias sin la dictadura del proletariado que destruya centralmente la propiedad privada (la mercancía, el dinero, el trabajo asalariado…) condujo a canalizar la energía proletaria en la gestión y reproducción de la economía mercantil. Toda la energía revolucionaria del proletariado fue liquidada por el antifascismo (guerra imperialista) y el gestionismo (colectividades) que impusieron la CNT y el POUM, lo que vino a complementar con creces el papel criminal que realizaban en el campo antifascista el PC y el PSOE. Dada la coherencia entre la práctica social y la ideología (así como las prácticas anteriores), de todos los grandes partidos denominados de izquierda, resulta absurdo hablar de traición. De la misma manera que la socialdemocracia formal no traicionó en 1914, sino que cumplió su papel histórico de partido burgués para los obreros, y los asesinatos de revolucionarios y las casas de tortura utilizados por el PC confirmaron su papel contrarrevolucionario, el papel centrista, desempeñado por la CNT y el POUM que parten de la lucha del proletariado, de sus necesidades y efectúan declaraciones revolucionarias, para someterlo inmediatamente a las necesidades de la guerra y la economía capitalista, resultó confirmado por la práctica contrarrevolucionaria de estas organizaciones. Ello fue esencial para encuadrar a lo mejor el proletariado y liquidarlo en el campo de la guerra antifascista y de la producción militar capitalista y lejos de constituir una traición significó la confirmación de la concepción general de esas organizaciones y de su política de años anteriores.

10.

La derrota de la insurrección de mayo de 1937 (la más claramente antiburguesa antiestalinista y antirrepublicana) se produce gracias a que el antifascismo radical logra desarmar totalmente al proletariado insurrecto, notablemente gracias a la dirección de la CNT, del POUM y sus Ministros. La paralización/liquidación de la insurrección y la vuelta al trabajo preconizada por estas organizaciones dejaron el campo totalmente libre para la tortura, la desaparición y los asesinatos practicados por los stalinistas para descabezar la revolución. Como en las otras tentativas insurreccionales, en abril de 1931, octubre de 1934 y julio de 1936, el proletariado no afirmó una dirección revolucionaria realmente propia, que no estuviera dispuesta a transigir y a aceptar los llamados a la paz social del antifascismo. Su formidable impulso revolucionario logró ser liquidado por la represión física selectiva y la ideología de vuelta al trabajo y al frente de batalla antifascista que impusieron la CNT y el POUM.

11.

Frente al desarrollo de los enfrentamientos y tras la derrota del proletariado en España, los proletarios de otras partes del mundo se encontraron sin poder actuar en solidaridad con el mismo como hubiese sido necesario para impedir su aislamiento y liquidación. Ello se debió principalmente a la debilidad del movimiento del proletariado internacionalista en ese período, puesto que había sido derrotado por doquier. A pesar de las luchas en Francia en junio de 1936, en México… se dio una situación de aislamiento del movimiento a nivel internacional. La burguesía mundial logró camuflar el verdadero antagonismo de clase de la “guerra civil” en España y venderla a la opinión pública mundial como una guerra entre republicanos y fascistas, lo que llevó al proletariado revolucionario en España a un aislamiento político muy profundo. Cuanto más se imponían internacionalmente las banderitas fascistas y antifascistas con los colores nacionales y más se movilizaban al proletariado hacia las Brigadas Internacionales, más solos se encontraron los revolucionarios e internacionalistas en España para enfrentar al capitalismo mundial.

En particular, el papel de la Internacional Comunista, la URSS y los diferentes PC, así como sus diferentes apoyadores críticos (sobre todo el trotskismo en sus múltiples variantes) fue fundamental para ese aislamiento. Cuanto más se reclutaba para el antifascismo, más se liquidaba la posibilidad internacional de acción internacionalista en comunidad de acción y lucha con el proletariado en España. Es obvio que existe una relación directa entre las necesidades de la URSS en tanto que potencia capitalista compitiendo con otras potencias capitalistas y la defensa de tal o cual “táctica” en la IC. La del Frente Popular, que tuvo en España su confirmación más clara como fuerza de liquidación de la energía revolucionaria del proletariado, obedecía a los intereses imperialistas del Capital en esa región del mundo.

12.

Contra todas esas fuerzas burguesas sólo un puñado de compañeros dispersos por el mundo repudiaron por igual el fascismo y el antifascismo y continuaron la lucha invariante del Partido contra el capitalismo mundial y el Estado. Nosotros consideramos importantísimo, no sólo para el análisis del pasado, sino para la lucha futura, los aportes de esos distintos compañeros, más o menos estructurados en grupos o fracciones comunistas en diferentes países del mundo. Uno de los ejes fundamentales de las publicaciones que se realizarán será precisamente el del rescate histórico de los mejores de esos materiales. Sin ese decisivo trabajo de reapropiación, el proletariado debería volver a empezar siempre de nuevo su propia historia, repetir los mismos errores e improvisar inmediatistamente la dirección a tomar. Sin ese aporte decisivo, los internacionalistas de hoy y de mañana no tendríamos todo ese bagaje de experiencia, de teoría revolucionaria, que constituye el arma más decisiva y potente de gestación de una dirección revolucionaria que asegure el triunfo en la próxima ola de luchas proletarias.

 

FUENTE: https://www.autistici.org/tridnivalka/gci-icg-tesis-acerca-de-la-revolucion-y-la-contrarrevolucion-en-la-region-espanola-durante-los-anos-treinta/

 

OTROS TEXTOS PUBLICADOS 

BREVE RECOPILACIÓN DE TEXTOS sobre la Guerra Civil en España: https://valladolorenlabiblioteca.blogspot.com/2020/04/1936-39-algunos-textos-sobre-la-guerra.html

FOLLETOS: TESIS sobre la Guerra de España: https://valladolorenlabiblioteca.blogspot.com/2019/07/folletos-tesis-sobre-la-guerra-de-espana.html 

1936 - 1939 . La Guerra de España (PCint): https://www.pcint.org/05_ElPC/ElPC_53/53_guerra-espana.htm