La necesidad de impulsar y alcanzar una coordinación internacional de las minorías proletarias que luchan conscientemente por la destrucción del capitalismo es una constante desde que existe el capitalismo y por tanto una oposición real a este. Sin embargo la situación de hoy y la que con toda probabilidad ha de venir en los años sucesivos otorga renovada urgencia a esta necesidad. Sin entrar en un análisis detallado, que ha sido y está siendo desarrollado por diferentes grupos y compañeros a lo largo del mundo, caracterizamos la situación actual por:
a) Un agravamiento brutal de la crisis histórica del capitalismo y por tanto un agravamiento brutal de las condiciones de supervivencia de los explotados. El capitalismo desplaza de un país a otro su propia crisis, tirando a la basura regiones enteras, en un intento de aplazar lo inevitable: la entrada descarnada de la crisis en el centro capitalista.
Como consecuencia, un aumento del terrorismo de los Estados en su forma más cruda, cuya manifestación más clara es la guerra; pero también: la represión, la persecución de las minorías revolucionarias, el aplastamiento de las rebeliones proletarias, las campañas “antiterroristas”
b) Un aumento considerable, tanto en cantidad como en calidad, de las luchas proletarias en todo el mundo, una tendencia a la concentración en el tiempo de estas luchas. Nuestra clase se enfrenta en condiciones de extrema debilidad a esta situación, aun cuando se están produciendo efectivamente duras luchas proletarias en todo el mundo. Los signos más patentes de esta debilidad son: la ausencia de consciencia de la naturaleza mundial del proletariado y por lo tanto de sus luchas (la ausencia de consciencia de que las luchas proletarias en cualquier parte del mundo son nuestra propia lucha), lo que lleva a los proletarios en lucha a enfrentarse solos y aisladamente a “su” burguesía y a “su” Estado; la fragmentación, dispersión y aislamiento de las minorías revolucionarias del mundo; la ausencia de perspectiva histórica, de dirección revolucionaria, de proyecto, memoria... Esta situación, en la que por un lado se aprecia con claridad una tendencia al surgimiento y concentración en el tiempo de luchas proletarias por todas partes, y por el otro estas luchas se desenvuelven aisladamente en condiciones de gran debilidad, es la que tenemos en mente a la hora de lanzar, a cuantos compañeros se reconozcan en ella, esta propuesta internacional para la coordinación de las minorías revolucionarias. La lanzamos conscientes de las enormes dificultades que entraña, de los posibles recelos que pueda suscitar, de las tareas implícitas que nos obliga a abordar con urgencia, y la lanzamos sin ilusiones, es decir, conscientes de que muy probablemente s´lo será recogida en un primer momento por pocos compañeros de este o aquel país, y que su desarrollo hasta alcanzar las metas propuestas sólo será posible tras años de lucha. Estas metas, si no ha quedado suficientemente claro, son superar el actual estado de debilidad hasta alcanzar una centralización efectiva del movimiento proletario por el comunismo y una dirección revolucionaria. Naturalmente, esta propuesta no está abierta a nuestros naturales enemigos, los socialdemócratas, estalinistas e izquierdistas de todos los colores, sino abiertamente dirigida contra ellos y contra todos los que, con ellos, colaboran en el sostenimiento y perpetuación del sistema basado en el trabajo y la mercancía. Para dejar las cosas suficientemente claras desde el principio, proponemos una serie de discriminantes prácticos. Aquellos compañeros que se reconozcan en ellos, que reconozcan su práctica en estos puntos, son los destinatarios claros de esta propuesta. Estos puntos se refieren a una práctica concreta, la de aquellos que:
1.luchan contra todas las formas del capitalismo, se presente este bajo la forma que se presente, democrática o dictatorial, azul o roja, derechista o de izquierdas, simples maquillajes para ocultar la dictadura de la burguesía.
2.luchan fuera y contra los partidos, que no hacen más que seguir la lógica de la separación burguesa puesto que no son más que simples engranajes de la maquinaria capitalista para dividir y someter al proletariado.
3. fuera y contra los sindicatos, pues reconocen en ellos a los intermediarios negociadores del precio de la fuerza de trabajo, fieles sirvientes de sus amos capitalistas, garantes de la paz social, meros apéndices del Estado burgués.
4.rompiendo con todas las ideologías llevan a cabo una lucha por recuperar la autonomía de clase del proletariado.
5. ven en la lucha de sus hermanos de clase, en cualquier lugar del mundo, su propia lucha y actúan en el sentido de unificar dichas luchas.
6. ponen los intereses del movimiento proletario en su conjunto por delante de los intereses de tal o cual fase de desarrollo de ese movimiento en este o aquel lugar.
7. mantienen viva la práctica comunista de nuestra clase, defendiendo abiertamente el antagonismo real que enfrenta al proletariado y la burguesía: comunismo o barbarie.
Estos siete puntos, que podrían ser más o podrían ser menos y seguramente podrían estar mejor redactados y definidos, son el criterio práctico objetivo que delimita los destinatarios de la propuesta, aquellos que podrán pasar a coordinar su hacer en un futuro más o menos inmediato en una dirección revolucionaria y una perspectiva netamente comunista.
Antes de avanzar y con el fin de no cerrar puertas inútilmente, aclarar que esta propuesta se dirige a todos aquellos que se identifican prácticamente en los siete puntos anteriores, con independencia de cómo le guste a cada cual autodefinirse: lo importante es no renunciar a lo fundamental, la defensa de la autonomía del proletariado, de la centralización internacional de sus luchas, de la perspectiva insurreccional, de la violenta imposición de las necesidades humanas aboliendo la violenta imposición de las necesidades de la economía mercantil, aboliendo la misma economía mercantil, destruyendo el Estado. A partir de aquí, en principio, damos por bueno cualquier intento de coordinación, teniendo claro que ningún “programa”, ningún “manifiesto”, ninguna “declaración de intenciones” puede garantizarnos el “éxito” de esta propuesta, en definitiva que no hay ninguna garantía y que nada puede sustituir a la práctica real.
Proponemos a los grupos y compañeros que se adhieran a esta propuesta tres ejes de intervención práctica sobre los que empezar a trabajar:
1. Intercambio de informaciones (publicaciones, críticas, información de luchas, etc.).
2. Respuesta coordinada a los diversos ataques que la burguesía lanza masivamente contra nuestra clase.
3. Intervención coordinada internacionalmente en las diversas luchas y sublevaciones proletarias.
Las respuestas a los ataques burgueses y la intervención en las diferentes luchas proletarias pueden tomar,
está claro, diferentes formas que dependerán, entre otras cosas, de la situación concreta de cada lugar, las fuerzas de que dispongamos, etc. Lo que consideramos fundamental (de otro modo para qué sería necesaria la coordinación?) es la acción en una dirección única, con una perspectiva y objetivos comunes, incidiendo en los aspectos que consideramos centrales y anteponiendo los intereses del proletariado en su conjunto ante toda tentativa de parcializar y liquidar la acción y objetivos de la lucha proletaria.
Compañeros, esta es la propuesta. Quien se reconozca conscientemente en la comunidad de lucha internacional contra el capitalismo y en los siete puntos de arriba, quien esté dispuesto a iniciar una acción coordinada internacional en torno a los tres puntos arriba expuestos, quien reconozca como objetivo propio el de la centralización del movimiento proletario mundial y por tanto de sus minorías revolucionarias, que se ponga en contacto rápidamente con los promotores de la propuesta.
Evidentemente, queda mucho por precisar y mucho por hacer antes de que esta “propuesta” deje de ser simplemente eso y se transforme en una coordinación efectiva. Cuestiones como el dotarse de estructuras organizativas mínimas que hagan posible esa coordinación, la forma de toma de decisiones, contacto, búsqueda de nuevos contactos, etc. creemos que no se le escaparán a nadie. Sin más, ahí queda eso.
POR LA COORDINACIÓN DE LAS MINORÍAS REVOLUCIONARIAS...
HACIA LA CONSTITUCIÓN DEL PROLETARIADO EN PARTIDO
Diciembre 2002
UHP (Unión Hermanos Proletarios)
ANEXOPara que esta propuesta no quede por tiempo indefinido “en el aire” proponemos, a quienes de inmediato puedan reconocerse en la propuesta, empezar una “campaña” internacional contra la guerra. Entrecomillamos “campaña” porque, pese a detestar la palabra, no encontramos otra forma de definirlo. No sólo tiene connotaciones militares y militaristas, sino que, en el Estado español, la “campaña” es la base de todo el trabajo político de la izquierda y extrema izquierda capitalista. Los diferentes partidos, partidillos y grupúsculos escogen cada cierto tiempo “un tema”, que suele ser el que la televisión haya puesto de moda, y hacen “una campaña”, consistente casi sin variación en un panfleto, un cartel, algún acto informativo, algún concierto o fiesta para recaudar dinero para “la campaña” y que además no todo sea “tan militante”, y, finalmente, como apoteosis y conclusión definitiva de “la campaña”, una manifestación, tras la cual la secta izquierdista en cuestión busca otro “tema” y hace otra “campaña”. Nosotros no proponemos eso, y a pesar de la aversión a la palabra y al significado que para muchos encierra por estos lares, no tenemos otra. Si alguien sabe alguna, que nos la comunique inmediatamente. Esta campaña entraría dentro del segundo punto de acción coordinada, el de las respuestas a los ataques desarrollados por el capitalismo y sus Estados contra el proletariado internacional. El objetivo más inmediato sería unificar las respuestas que los grupos revolucionarios desarrollan cada uno por su lado a la guerra imperialista, el más general sería, por supuesto, centralizar internacionalmente las luchas proletarias contra la guerra hasta pararla por medio de la insurrección (el objetivo más general es, claro, la revolución social). Habida cuenta de nuestras escasas fuerzas y posibilidades inmediatas, vamos por partes. Proponemos elaborar y adoptar internacionalmente una consigna central y otras cuatro o cinco claras y definidas, a difundir y extender por todos los medios que tengamos al alcance. Proponemos como consigna central “Otra guerra es posible” y entre las consignas que acompañen a esta central, otras como “contra la guerra de los ricos, guerra contra los ricos”, “el enemigo está en “nuestro” país, es “nuestra propia” burguesía”, “ni Bush ni Sadam, ni Bin Laden ni Aznar (n Berlusconi, o Blair, o el que toque según la zona}: Destrucción del Estado}” Estas consignas, como proponen los compañeros del GCI, podrían empezar o concluir textos en las publicaciones, panfletos, etc., difundirse por medio de carteles, pegatinas, pintadas...Las posibilidades que cada cual tenga de difundirlas, según las fuerzas con las que se cuente en cada lugar. Y, como es normal, contando con el resto de compañeros que asuman esta coordinación como propia para suplir las carencias que en un momento dado se puedan tener (dinero, etc.).
Así, poco más o menos, podría ser la cosa a incluir en las publicaciones, o partir de aquí para el diseño de otros materiales. Esta es en definitiva la propuesta con la que empezar a trabajar. Está claro que podría haber sido mejor redactada y que algunos puntos podrían estar definidos mucho mejor; también está claro que es sólo el inicio y que, como decimos más arriba, hay muchas cosas que están en el aire, sobre todo el modo concreto de organizar esta coordinación. Creemos que es ahí donde debemos avanzar entre todos. Por suerte no partimos de cero sino que hay una rica experiencia histórica acumulada de intentos de establecer una coordinación de este tipo, así como intentos fracasados de establecer coordinaciones más modestas (a nivel estatal, por ejemplo) de los que podemos aprender. Como hemos dicho, sólo de la práctica real podemos obtener garantías de que esto vaya adelante o se quede, de nuevo, en un intento. Así que a ello. Adelante. En marcha.
Diciembre 2002
UHP (Unión Hermanos Proletarios)