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Anarquistas y Radicales contra el canibalismo social en Grecia

 

 

"En lo que respecta a las prácticas concretas, el dossier nos aporta una descripción de acciones que forman parte del repertorio de la lucha de los compañeros, como marchas y concentraciones contra las bandas de traficantes, el ataque y ajusticiamiento de algunos mafiosos, la ocupación de espacios públicos en base a estructuras autoorganizadas que resuelven necesidades de la población, tales como comedores populares, centros de salud y centros sociales, actividades infantiles y ocupaciones habitacionales, y la articulación entre las organizaciones que levantan estas múltiples instancias.

Estas acciones se desarrollan en una dirección que apunta en el mismo sentido de la propuesta de seis ejes que realizamos y demuestran la factibilidad de algunas. Sin embargo, existen limitaciones en la capacidad de acción local, como el hecho de que se puede eliminar el tráfico de un territorio, pero ante la vacancia de un nicho de negocio, otro traficante llega al mismo sector, y pareciera que es un problema de nunca acabar.

A pesar de todo, este libro nos llama a la acción y a no desanimarnos, a desarrollar y articular nuestra fuerza para enfrentar formas de dominación. Ante la resignación e impotencia que nos puede llevar a considerar cualquier cambio como un imposible, el llamado es a fortalecer la confianza y el compromiso en nosotros mismos y en nuestros compañeros".

 

 


Contacto:

> https://www.facebook.com/people/Editorial-Pensamiento-y-Batalla/100063545792315/


Más info:

> https://boinaacrata.wordpress.com/2023/12/19/luchando-contra-el-canibalismo-social-propuesta-anarquista-para-transformar-nuestros-barrios/

 

Anarquistas-y-radicales-en-... by Valladolor


BARRIO VIVO, BARRIO COMBATIVO:

Las tradiciones de lucha barriales, una memoria histórico-práctica

por Carlos L.L..


Una reflexión sobre el presente, el pasado y el futuro de las luchas en Pajarillos y otros barrios obreros.




Editado periódico contra chanchullos…
Este viernes, último día de campaña de las elecciones al Parlamento Vasco, se han distribuido 11.000 ejemplares de esta publicación gratuita en las principales calles y paradas de metro de Barakaldo.
Siendo la noticia destacada de este número las diferentes irregularidades detectadas por diferentes servicios de supervisión por valor de varios millones de euros en diversas contrataciones municipales.
…y recortes del Ayuntamiento de #Barakaldo!!!
También, a través de este número, se ha querido mostrar los recortes contemplados en los presupuestos aprobados este verano por el equipo municipal de gobierno; recortes en servicios sociales municipales y ayudas económicas. Además, del constante aumento del paro, los desahucios y la pobreza en la localidad.

BERRI-OTXOAK
(Plataforma Contra la Exclusión Social y Por los Derechos Sociales)

www.nodo50.org/berri_otxoak
Informazio bulegoa berrietxea@nodo50.org oficina de información




Dossier: “Guerra de clases en México: polvorín social y terror democrático”

http://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2015/06/19/dossier-guerra-de-clases-en-mexico-polvorin-social-y-terror-democratico/




[…] Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Puebla, Baja California Norte[1]; así como otras regiones del confín territorial, han sido ejemplos claros de cómo los antagonismos se hacen evidentes cuando el despojo, la represión agudizada y el reforzamiento de los cercos de miseria, no son más tolerados por los explotados y desposeídos.

Una vez comprendido esto, la paz social ciudadanista y la sumisión, son encaradas y se extienden los conatos de rebelión. El proletariado organiza las necesidades de la lucha durante el desarrollo de la misma: acontece la toma de gasolineras e instalaciones de Pemex (la empresa petrolera en México), bloqueos a supermercados, bloqueos carreteros, expropiación de mercancías a camiones repartidores y regalo de las mismas –todo lo cual genera inmensas pérdidas económicas a los empresarios debido al freno a la libre circulación de mercancías, su sabotaje o reapropiación–, y lo que más sobresale en este acontecimiento: una movilización generalizada del proletariado cuya consigna se materializó en contra de las elecciones, abogando por el boicot a estas mismas.

Se han multiplicado en diversas regiones la quema de urnas electorales, el incendio y explosiones a sedes de todos los partidos, la agitación y la confrontación con las fuerzas represivas (que el Estado trasladó de los cuarteles militares a las calles, para asegurar el buen funcionamiento de la “fiesta democrática”); ante tal disrupción, el Estado desde sus tribunas y a través de sus orates, expone en sus medios de comunicación (con un tono chillón, patético e imbécil) la denuncia a todos los “salvajes y rijosos” que “interrumpen por la fuerza el proceso democrático que la constitución dictamina a través de la soberanía de la patria. Que nadie tiene el derecho de privar a los demás, a las mayorías de la facultad de decidir”. Todo ese conglomerado de patrañas, han sido acompañadas con el reforzamiento de las fuerzas del orden que ahora pululan patrullando todas las calles y a su vez, realizaron la labor de resguardar toda la mierda de urnas, casillas y módulos electorales.

El Estado capitalista y democrático no ha vacilado ni un momento en descargar la metralla y disparar con las tanquetas a todos los encolerizados que se han opuesto al circo orquestado donde impera la inmundicia (las decenas de detenidos, los heridos y muertos en esa jornada represiva dan muestra de ello).

Pero lo cierto es que hoy, poco a poco es más marcada la línea (o mejor dicho, sale a la luz), acerca de quiénes son nuestros enemigos de clase. Y sobre todo, cuáles son las estructuras que mantienen el sistema de dominación vigente. Se trate del PRI, PAN, PRD, MORENA, Partido Humanista, Nueva Alianza, etc. Queda claro que cualquiera de esos partidos (o alguno nuevo que entre a ese juego burgués llamado comicios), no son más que embaucadores y cretinos, simples burócratas a sueldo que buscan ocupar puestos en la maquinaría del Estado, la misma que asesina, encarcela y tortura a diestra y siniestra a todos los rebeldes que escupen en la cara del burgués y confrontan a sus perros guardianes.

Más allá de eso, se desvanece el velo que demuestra que el gobierno y todo el tinglado de ratas detentadoras de las funciones del Estado, son parte del mismo partido del orden, el cual alberga en sus filas a los empresarios, magnates y opulentos que a diario nos explotan mediante el trabajo asalariado o nos echan a patadas para deambular en la precariedad, el desempleo y la supervivencia más vil. […]

Notas:

[1] La momentánea huelga interrumpida de los jornaleros en San Quintín, no pudo ser domesticada con un barato acuerdo en la mesa de negociaciones, por lo que dicha región se mantiene en pie de lucha y lo más importante: pone de manifiesto las contradicciones de clase, desde el hecho que demuestra quienes fungen en cada bando, hasta el cómo la burguesía hace llamados por “la unidad nacional” y “la defensa de la economía”, pretendiendo defender a capa y espada sus intereses, es decir la tasa de explotación sobre su tasa de ganancia.


 


Dossier sobre las movilizaciones contra la especulación y el narcotráfico en Pajarillos, Valladolid, entre 2003-2006, más unas notas posteriores, de 2010 sobre la especulación en Pajarillos y el 29 de octubre.

Una primera versión de este dossier se publicó en la web la desaparecida desalojemosalosespeculadores.tk



SOBRE EL DESARROLLO  DE LA ZONA ESTE

"La Zona Este (en la que se incluye el Barrio de Pajarillos) va a sufrir en los próximos años serias modificaciones desde el punto de vista urbanístico que van a afectar a nuestra calidad de vida de forma notable. La ampliación del Polígono de San Cristobal
y la llegada del TAV a Valladolid van a suponer serias remodelaciones en nuestro paisaje cotidiano.

Desde hace un tiempo se viene hablando del “Norte industrial” -así en El Norte de Castilla en un reporta je especial dedicado al tema- para referirse a las industrias (Michelín, Tafisa, Azucareras...) situadas más allá de la Ronda. A esto se añade la presencia del Mercaolid con lo que supone para el aumento de tráfico de camiones, furgonetas, etc. en dicha ronda. A esto hay que añadir el profundo cambio que puede suponer la “liberalización” del suelo propiedad de RENFE en el Paseo Farnesio. Esta “liberalización” (al mejor postor inmobiliario) supone el traslado de los talleres de RENFE y de la propia Estación, según dicen, provisionalmente. Pues bien, la estación de mercancías parece que se va a construir entre la Cistérniga y Las Flores o más allá de estas últimas, entre las Flores y Santovenia. Curiosamente, a las cercanías de Santovenia van los talleres de RENFE y, seguramente, el Puerto Seco de Santander. Un Puerto Seco es una gran superficie de tierra destinada al almacenamiento de containers en el interior para “descargar” los puertos y las costas que ya están bastante saturadas al respecto. Resumiendo: tal y como se deja entrever de sus palabras y planes urbanísticos quieren hacer de buena parte de la franja que rodea Pajarillos, San Isidro, Las Flores, Buenos Aires, La Pilarica, el Barrio Belén, San Pedro y el Barrio España (Zona Noroeste) un gran polígono en el que estarían enclavadas (a parte de las industrias que ya se encuentran en la zona): la nueva estación de transportes, el puerto seco de Santander, los talleres de RENFE, etc. Como se puede ver les cuadra perfecta
mente el plan: ¡les queda todo a mano!. Lo que no se dice son los inconvenientes que de todo esto se deriva: el Tren de Alta Velocidad es un lujo superfluo que gasta cantidades injentes de energía para el beneficio de unos pocos (sólo gente con muchos recursos
puede pagarse un viaje en TAV), el Puerto Seco supone un incremento abrumador del tráfico de camiones en la zona -tráfico pesado-, la contaminación que todas estas nuevas industrias van a provocar puede ser inmensa...
A esto añadimos la especulación que genera el entorno del Poblado de la Esperanza (abaratamiento del suelo), las “ayudas” del Ayuntamiento para el asentamiento de estas industrias (suelo agrícola que de la noche a la mañana se “recalifica” como suelo industrial -¿hasta dónde llegan los tentáculos del capital inmobiliario y financiero?), o la especulación
asesina con vidas humanas a la que asistimos en la antigua Circunvalación... La droga y la prostitución hacen el trabajo sucio: el suelo es cada vez más barato (pero ¿quién se va a vivir al lado de todo esto?), las grandes constructoras lo compran, lo mantienen parado y, cuando les conviene, construyen. Los terrenos propiedad del Grupo Parquesol y de TORCASA junto al desvío a Renedo son un buen ejemplo de esta especulación. ¿A dónde nos lleva esta carrera desenfrenada? a la deshumanización, la ruina de los barrios, parques, plazas, la muerte de la vida en la calle, el abandono... Podemos empezar a hacer porras sobre la posible ubicación futura del nuevo poblado o centro de venta de drogas en Valladolid: ¿junto a la Carretera Madrid donde aumentan día a día las  chabolas?, ¿en la Fuente el Sol?, ¿en Buenos Aires? ¿en el Barrio España? Empiecen sus apuestas.

algunos jóvenes del barrio Pajarillos".

Para descargar los boletines: https://es.scribd.com/collections/13861438/Levantar-el-vuelo


Con estas palabras empezaba el Boletín LEVANTAR EL VUELO la nueva andadura en febrero de 2002, poco antes de que estallaran las movilizaciones en Pajarillos contra el narcotráfico y la especulación en enero-febrero de 2003.

Rescatamos aquí varios boletines en pdf para su descarga, lectura y difusión:





gamonal

Barrio vivo, barrio combativo. Libro sobre la revuelta de Gamonal realizado por la Editorial Klinamen


La Editorial Klinamen acaba de publicar Gamonal, barrio vivo, barrio combativo, un libro en formato breve que aborda la revuelta que sacudió el barrio de Gamonal en enero de 2014.

Entre los materiales que recoge esta publicación destaca la transcripción de una entrevista radiofónica realizada a vecinos de Gamonal a la que se acompaña un texto sobre la historia de los conflictos sociales y luchas que ha vivido el barrio burgalés durante las últimas tres décadas.

Este primer libro sobre la revuelta de Gamonal está disponible ya en diversos espacios del propio barrio como el CSR Gamonal o La Biblioteca Anarquista La Maldita.




En enero de 2014, durante algo más de una semana, todas las miradas se posaron sobre el burgalés barrio de Gamonal. Sus vecinos protagonizaban un proceso de lucha contra la construcción de un bulevar sobre la antigua calle Vitoria; proyecto que supondría un gasto de 8,5 millones de euros al Ayuntamiento de la ciudad.
Más allá de las fotografías espectaculares o de los titulares alarmistas, con esta edición buscamos sortear la información y el análisis mediado acerca de lo ocurrido, dando voz a los protagonistas de aquel conflicto, y conectando la lucha contra el bulevar con la trayectoria histórica de aquel barrio.

Datos técnicos:
50 páginas
PVP: 4.00 €

 

Desde la región mexicana nos llega este dossier sobre la situación actual generada a raíz de los hechos de Ayotzinapa. 

 

Alentamos a su difusión por los medios que se crean convenientes:
http://revistaracaille.wordpress.com/2014/12/05/dossier-sobre-la-situacion-actual-en-mexico/


La lucha de Gamonal: destellos de una vida otra

Una vez más, Gamonal nos ha vuelto a dar durante estos días un regalo generoso de revuelta y rabia contra la mafia económica y su opresión descarada. El texto que presentamos a continuación, La lucha de Gamonal: destellos de una vida otra (Jesús García Rodríguez), que aparece publicado en el nuevo número 21-22 recién salido del horno de la revista Salamandra, aborda precisamente los acontecimientos de la revuelta de Gamonal de enero de este año, discutiendo sus aciertos y limites, sus relaciones con otros movimientos como el 15M o la revuelta de Can Vies, y las lecciones, implicaciones y posibilidades que ofrece y abre en la lucha contra la dominación.

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LA LUCHA DE GAMONAL: DESTELLOS DE UNA VIDA OTRA



Hace un par de años algunos nos atrevimos a vaticinar un ciclo “de contestación general a la dictadura de una economía inhumana”, dentro del cual ese revulsivo tan esperanzador como ambiguo y contradictorio, que por comodidad seguiremos llamando 15M, era “una parte más de un movimiento mucho más amplio y mucho más profundo”[1]. Si afirmamos aquello fue porque teníamos la certeza de que lo ocurrido en las plazas, aunque no consiguiese tumbar el sistema y ni siquiera lograse algún objetivo concreto, sí que logró transformar radicalmente tanto la vida cotidiana como las certezas ideológicas y las ilusiones democráticas de mucha gente. Algo cambió, pero las verdaderas transformaciones requieren de largos períodos de tiempo.
La urgencia del momento actual, en la que los recortes y la crisis económica son solo la cara más visible de una nueva vuelta de tuerca de un sistema capitalista, hace que a menudo nos pueda la impaciencia y la desesperación porque no avistamos la revuelta que traerá el mundo nuevo. Y quizás ésta nunca llegue, al menos bajo la forma en que siempre pensamos que lo haría. Y es a veces de forma inesperada, donde menos se espera, y en medio de lo que parece una oscuridad completa, que se nos presentan ráfagas de luz imprevistas. Una de ellas fue Gamonal.
Pero Gamonal no surge de la nada. Detrás se encuentran más de dos años de recortes salvajes, de reforma laboral extremista y bárbara, de descenso brutal del nivel de vida, de paro y de explotación, de corrupción y de plutocracia, de represión policial y de silenciamiento mediático, de luchas y enfrentamientos no violentos (incluyendo asaltos al Congreso), de masivas manifestaciones pacíficas, de difusión de ideas de resistencia por numerosísimos colectivos de las más diferentes ideologías, de mareas más o menos sindicalizadas y de huelgas generales muy movidas. Y por supuesto de dos años de experimentación asamblearia en barrios y pueblos tras el 15M. Y también de luchas sindicales duras. La más cercana en el tiempo fue la huelga de basureros de Madrid, sucedida sólo unos meses antes que Gamonal, que elevó el tono de la contienda presionando a las autoridades con la invasión de basura por las calles y que llegó a utilizar tácticas alejadas ya de la no-violencia. Su vago precedente fue una huelga de taxistas, en julio de 2012, también en Madrid, que acabó a golpes y que también consiguió imponer sus reivindicaciones. A la de Madrid siguieron las huelgas de basura en Alcorcón, especialmente firme y con disturbios graves, la de lavandería en los hospitales de Madrid (que empezó como huelga salvaje) y también la prolongación en el tiempo de la de Panrico, que llegó a los ocho meses de huelga. Todo ello mostraba un leve resurgir de las luchas obreras, que empezaban a comprender que la benignidad y la blandura que hasta ahora habían caracterizado a las luchas eran contraproducentes, y que era necesario ir un paso más allá si querían conseguir sus objetivos y conservar sus puestos de trabajo.
En definitiva, y en la línea de esos precedentes, Gamonal, a mediados de enero de 2014, se levantó como un revulsivo frente a la tibieza excesiva de las luchas inmediatamente anteriores. Y por ello lo sorprendente, lo nuevo, lo esperanzador de lo sucedido en Gamonal fue que, durante cuatro días luminosos con sus cuatro igualmente luminosas noches se fusionaron en la acción y en el discurso dos mundos que hasta ahora habían permanecido (en el territorio español) como esferas separadas y demasiado alejadas: el mundo de la “pequeñoburguesía” – la insuficiencia e inexactitud del nombre será explicada más tarde –, de los vecinos y vecinas que sólo desean, al parecer (y es importante ese “al parecer”), ciertas reformas en el sistema, y los “revolucionarios” – de nuevo un término inapropiado en este caso –, que apuestan por el cambio radical de las bases del Régimen. Hasta el momento estábamos acostumbrados a dos formas de lucha que caminaban en paralelo, sin yuxtaponerse, y cuyas diferencias los medios del poder intentaban resaltar y hacer aún más pronunciada, en su estrategia de aislamiento: grandes manifestaciones ciudadanas que se autodenominaban o eran denominadas pacíficas y no violentas, con lemas aparentemente reformistas, por un lado, y supuestos altercados o disturbios de “radicales” o incluso “vándalos”, por el otro, demonizados y criminalizados desde el primer momento por el establishment, sabedor del peligro que la chispa que aportaban podría traer a la yesca del descontento generalizado económico, político y social.
En Gamonal, el panorama ofrecido fue esencialmente distinto. Lo que se vio en esos cuatro días y noches fue una simbiosis o convergencia perfecta entre esos dos grupos que parecían irreconciliables y estancos. Ambos se unieron de manera iluminadora para traer una dureza de acción y de discurso admirable, una acción que se atrevió a ir un paso más allá de la no violencia ideológica que aquejaba a gran parte del llamado “15M” (una de esas fórmulas alfanuméricas que tanto gustan a la clase tecnocrática) y un discurso duro que se oponía con firmeza a las mentirosos relatos habituales del poder. Basta con leer algunos de los comunicados de la asamblea de Gamonal para entender un significativo cambio de matiz y de tono.
Desde los días previos al estallido, se vio con claridad ese cambio de rumbo: un trabajo asambleario disperso pero de largo recorrido fructificó en una manifestación o concentración que tenía como claro objetivo detener y paralizar unas obras. Esa resistencia pasiva no era nada nuevo, aunque aquí lo interesante es que se ejerció con singular cohesión y firmeza. La concentración y el enfrentamiento con las fuerzas del orden dieron paso al estallido de cólera nocturna que hizo arder parte del barrio. Y es a continuación cuando empezó a forjarse la diferencia: los disturbios fueron asumidos, inopinadamente, por la masa barrial como un instrumento más, y no desechados como hasta ahora como excesos reprobables. A partir de la segunda noche se desencadenó una dinámica demoledora. La masa vecinal y barrial se reúne en asambleas diarias – dos al día, una a las doce y otra a las siete – y es en esa asamblea donde empieza a cocerse todo: la elaboración de un discurso colectivo duro, la creación de una comunicación interna imprescindible dentro de esa comunidad en lucha y la toma de posición unitaria a la contra de un poder en delicuescencia. De ahí surgieron las dos vías que, como una pinza venenosa, trajo de calle a las autoridades: manifestaciones masivas de día, disturbios graves de noche, que incluían acciones de sabotaje contra las indeseadas obras, ataques a bancos y quema de instalaciones temporales de la empresa inmobiliaria.  En esa doble acción o en esa acción en dos flancos estuvo gran parte de la eficacia de las confrontaciones de Gamonal. Habría que unir a ello la coherencia y legitimidad sin fisuras de su discurso.
La asamblea fue el catalizador y motor de ese movimiento: allí se unificó, se pulió y se fortaleció el discurso que se opuso al del poder político, al de la especulación y corrupción del capital, y, no por último menos importante, al de la violencia de los cuerpos de seguridad del estado. Podemos ver aquí un efecto positivo y eficaz, a medio-largo plazo, un efecto de onda larga de la perseverante, asidua y siempre informal práctica asamblearia del llamado 15M, tantas veces denostada por ineficaz y “blanda”. El asamblearismo ha ido decayendo desde el 15M hasta ahora. Pero Gamonal es también asamblearismo, y fruto de esa educación política que es siempre la asamblea. En efecto, este es un caso de esa labor silenciosa, oscura, anónima y subterránea de una colectividad que tarde o temprana recoge sus frutos. La asamblea crea con preeminencia algo que otras formas de acción obvian: comunidad, el primer paso para cualquier trabajo político serio. Y lo trascendental es que la asamblea crea una comunidad horizontal, igualitaria, libertaria, vinculada no sólo política, sino personal y afectivamente (opuesta por ello a todas las comunidades jerárquicas). En ese verse las caras, en ese hablar en comunidad, en ese trabajo de creación de lo público real – como opuesto a lo privado-público de la democracia capitalista – se fragua una bomba de relojería social de un potencial inusitado. Y aquí lo público lo es en su significado etimológico y auténtico: lo de la gente, el espacio de libertad de todos, como opuesto a lo público del estado y a lo privado del capital, que en el interior del Régimen que padecemos son uno y lo mismo. Y su eficacia real ha estado y estará en su incardinación en el barrio, como lugar propicio e idóneo para un movimiento asambleario fértil.
En efecto, el movimiento llamado 15M se ha debatido en esas dos vertientes – la global y general, que intentaba abarcar mucho y apretar poco, y se aventaba en gigantescas manifestaciones urbanas, y la local de las asambleas de pueblos y barrios, mucho menos espectacular, pero más concreta y afilada en sus pretensiones y funcionamiento – y Gamonal ha mostrado muy a las claras cuál es la de importancia primera, tanto en el sentido cronológico como de categoría: la del barrio, como espacio opuesto a la ciudad moderna en tanto sede, base de operaciones y esencia del capitalismo contemporáneo, la del barrio como comunidad opuesta a los poderes imperantes y la del barrio como espacio de relaciones solidarias y distintas a las que el Régimen impone o intenta imponer desde arriba. Esto no quiere decir que las grandes demostraciones de masas sean algo a menospreciar, sino que el trabajo asambleario y comunitario en el barrio es el presupuesto y la base para ese otro trabajo posterior de las grandes masas levantadas. Con claridad Gamonal ha puesto ante nuestros ojos el potencial transformador de la lucha barrial, y su capacidad desestabilizadora real, que debe servir como ejemplo en el resto de barrios, pueblos y comunidades pequeñas como componentes primarios de la lucha política, económica y social.
Pero Gamonal ha iluminado otro aspecto importantísimo de nuestra realidad que pocas veces se considera, un aspecto que puede resultar clave si se sacan de ello las conclusiones a las que parece apuntar. La dicotomía arriba descrita entre una masa reformista pequeñoburguesa y una vanguardia de activistas revoltosos y “vandálicos” no es real, porque  (al menos en Gamonal, y es posible que eso sea extrapolable a otros sitios) no existen esas dos realidades de manera factual. Lo sorprendente de lo sucedido en Gamonal es que ha desvelado que son las estrategias y las acciones comunitarias las que crean el sujeto revolucionario, no que este sujeto exista a priori –que no existe. No existe tal cosa como una masa de clase media pequeñoburguesa de pequeños comerciantes, profesionales liberales, asalariados de tipo medio, etc. etc. y otra de “proletarios” con nítida conciencia de clase – o existen, pero sólo si se empecina uno en clasificarlos como tales. Lo que de verdad hay es una masa descontenta y bastante homogénea en su descontento y en partes de su discurso destructivo, y son los propios tipos de unión en la reivindicación las que los constituyen como un sujeto u otro. En el seno de manifestaciones globales y pacíficas, se constituirá un sujeto ciudadano y reformista, de aspiraciones débiles. En el seno de un movimiento asambleario duro, de manifestaciones masivas y opuestas al poder y sin miedo a la llamada violencia, se constituye otro sujeto, un sujeto con aspiraciones más maximalistas y radicales, que se relaciona de otra manera con el poder (como algo opuesto frontalmente a él). La lucha institucional crea un tipo de relaciones y sujetos, la lucha ciudadana otros y la lucha popular – por llamar de alguna manera a una lucha que incluye a todos los descontentos, explotados y oprimidos, que son legión – otros radicalmente distintos. Esto es algo muy a tener en cuenta en el futuro, para borrar determinados prejuicios existentes. En Gamonal las rafias contra bancos, la quema de contenedores y los actos “vandálicos” fueron realizados por vecinos vulgares y corrientes. No vamos a entrar aquí en si la chispa de estos actos fue encendida por grupos de determinada naturaleza desestabilizadora previa; en cualquier caso, se trataba también de grupos de vecinos de Gamonal, seguramente más jóvenes, y por tanto miembros también de esa comunidad. Se sabe en Gamonal que las pedradas a bancos fueron secundadas por ancianos poco sospechosos de tener un pasado revolucionario a sus espaldas. El ambiente creado por una movilización como la de Gamonal crea sujetos políticamente duros, y crea relaciones interpersonales fuertes – frente a las relaciones políticamente débiles de la posmodernidad –, y esa evidencia debe hacernos recapacitar sobre muchas de las estrategias hasta ahora practicadas. La división entre ciudadanistas y radicales es irreal, y creada y fomentada por un poder y sus mass media que lo que más temen es precisamente eso: que los vecinos de una barriada se movilicen en organizaciones políticas comunitarias y que utilicen métodos radicales y contundentes para sacudirse de encima la bota que les aplasta.
Subyacen aquí dos temas también de suma importancia, que en Gamonal afloraron con inusitada actualidad: el tema de la represión político-policial y el tema de la violencia.A la gazmoñería de cierta parte del llamado 15M con respecto al uso de la violencia[2] se opuso en Gamonal una sabia reflexión sobre el uso de la violencia reactiva como defensa ante la brutalidad y presencia represora y omnímoda de la policía en nuestras calles y pueblos, que les permitió asumir con normalidad y coherencia las acciones violentas sobre las cosas como parte de su lucha, como un instrumento más de especial eficacia en su presión diaria frente a las autoridades. La idoneidad de esa autodefensa ha quedado incuestionablemente clara, y es deseable que sirva de ejemplo a otras reivindicaciones similares.  Esa coherencia elogiable e impecable les llevó a incluir entre sus principales reivindicaciones la liberación de los detenidos a raíz de los disturbios y a llevar las manifestaciones masivas ante las puertas de las comisarías. También en eso la comunidad de Gamonal mostró una lucidez admirable: la acción represora policial es parte fundamental, y no accesoria,  del Régimen. La policía, en especial las UIPs, es un cuerpo de represión política feroz, y el mito del policía bueno debe desaparecer del panorama de lucha política actual. En Gamonal asistimos a una verdadera lucha antirepresiva popular, aunque fuere en estado embrionario, y ese es el inicio de un camino esencial por el que debemos sin duda seguir. Por otra parte, esa estrategia de violencia contra las cosas fue orquestada de manera organizada y concreta, no fue una borrachera de violencia ni mucho menos, sino una acción estratégica y selectiva: los puntos elegidos – bancos, inmobiliarias, casetas de obra – tenían un significado claro dentro de la lucha, y un significado también a nivel simbólico dentro del inconsciente colectivo, y podían perfectamente ser asumidas por los elementos en apariencia más “reaccionarios” como pequeños comerciantes. Eso sin duda, junto con el trabajo asambleario, influyó en la solidaridad total con los detenidos, que se extendió hasta otra acción encomiable: acudir a las sucursales bancarias para que retiraran las denuncias contra esos detenidos. Una lucha política seria incluye necesariamente esa solidaridad, cuidado y recuerdo permanente de los secuestrados por el poder.
Y por último nos detendremos en otro aspecto de lo allí vivido de mucha trascendencia, aunque también sea obviado o poco considerado por la mayoría de las luchas. Se trata de la momentánea ruptura del espectáculo, entendido como forma de dominación esencial del régimen, ruptura realizada desde dentro. No nos cabe la menor duda de que los vecinos de Gamonal debieron de sentir durante esos memorables cuatro días y noches de revuelta, acción conjunta y directa y vida comunitaria, lo mismo que otros sentimos durante la acampada de Sol y que otros sintieran en revueltas y levantamientos colectivos similares: la sensación de estar viviendo la vida real, la vida auténtica, sin intermediación ninguna de los instrumentos inter y intrasubjetivos del poder (televisión, radio, internet, etc.), la sensación de libertad pública, colectiva y compartida, que no es sino un ramalazo de utopía transportada súbitamente a nuestras vidas y vivida de pronto con la estupefacción de un buen sueño. Eso (experiencia viva de la lucha y de lo otro posible) queda para siempre en las mentes y corazones de quienes lo han vivido, y fue puesto en palabras cabales y perfectas por uno de los vecinos de Gamonal en la primera asamblea: “¡Vecinos! ¿De verdad queremos volver a nuestras vidas amargas de hace unos días, esos días en los que nos veíamos como desconocidos? ¿O queremos crear algo fuerte?”[3]. Ese contraste radical entre la vida amarga dentro del Régimen y su diaria opresión y la vida fuerte, la vida auténtica y siempre ahí escondida y subyacente, que nos abre un mundo ilimitado e inimaginable de relaciones, situaciones y experiencias diametralmente distintas a la vida “normal”, y que se nos revela a veces en iluminaciones liberadoras, es subrayado de manera brutal cada vez que se produce uno de estos levantamientos y subversiones, y son como verdaderos destellos que alumbran el camino hacia la libertad verdadera. Por decirlo así, son incursiones extremas del principio del deseo y del placer sobre el principio de realidad, o por decirlo de otra manera, incursiones extremas y placenteras de lootro sobre la espesa normalidad imperante.
La dinámica de Gamonal se reprodujo unos cuatro meses después con el desalojo del centro okupado Can Vies, en el barrio de Sants en Barcelona. Esta réplica en el tiempo, que incluyó una defensa durante varios días del territorio,  con enfrentamientos con fuerzas del orden y presión sobre las autoridades, careció en un principio de la cohesión social de la de Burgos, y pareció promovida en mayor medida por una cierta pequeña vanguardia. El asamblearismo vecinal fue dejado de lado en este caso, pero el apoyo vecinal estuvo presente tanto en los días posteriores al desalojo como en los de la re-okupación, donde quedó patente la irradiación del centro dentro del barrio de Sants y la respuesta retroalimentadora de la comunidad para defenderlo y reconstruirlo. Las dinámicas de resistencia volvieron a traer consigo una pequeña victoria sobre el sistema.
En definitiva, lo sucedido en Gamonal es una muestra de que cuando la comunidad actúa como comunidad horizontal y cohesionada, borrando toda diferencia de clases y de ideologías, es capaz de erosionar, socavar y abrir un boquete real en el muro del poder, pero sobre todo en el mundo de relaciones interpersonales, subjetivas, políticas, económicas y sociales que constituye el capitalismo (lo que en otros sitios hemos denominado “capitalismo del espíritu”). La combinación armónica y radical de asamblea-comunidad y discurso, masa-manifestación y acción-ataque parece presentar una ecuación con un futuro bastante halagüeño en la lucha actual. Y su ejemplo deja bastante claro que no se debe tener miedo a la contundencia a la hora de esa lucha, pues se ha demostrado que, cuando va acompañada de unidad, legitimidad y justicia, es un argumento de enorme peso en el conflicto contra el poder (o los poderes).
Jesús García Rodríguez
Salamandra 21-22
Grupo surrealista de Madrid
http://www.gruposurrealistademadrid.org/
________________________________________
[1]Instrucciones de uso para el Rapto nº 7
[2] Esa gazmoñería no es atribuible al “15M” en su conjunto: acciones como la toma del Parlament o el asalto a los ayuntamientos o la visita del Papa a Madrid y otras  lo demuestran.
[3] Ver http://www.publico.es/actualidad/495429/gamonal-no-quiere-volver-a-su-vida-amarga-y-continuara-con-las-protestas



 


  Nuevo boletín       T o k a t a    noviembre 2014


Va dedicado en su mayor parte a la reflexión estratégica sobre las luchas de resistencia recientes y actuales dentro de las cárceles españolas. Además, lleva artículos, cuentos y poemas, casi todos escritos por compañeros presos.

Lo adjuntamos para quien quiera verlo o imprimirlo y enviarlo dentro.

También puedes encontrar tanto este como todos los que se han publicado desde noviembre del 2oo8, en formatos pdf y word, en la pestaña Boletines de la página web http://tokata.info/, justo debajo de la cabecera.

Por el combate en el ámbito laboral

SOLIDARIOS DE LA SANIDAD PÚBLICA

De la memoria reciente de la lucha de clases

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com

















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La crítica no arranca de las cadenas las flores imaginarias para que el hombre soporte las sombrías y escuetas cadenas, sino para que se las sacuda y puedan brotar las flores vivas. La crítica de la religión desengaña al hombre para que piense, para que actúe y organice su realidad como un hombre desengañado y que ha entrado en razón, para que gire en torno a si mismo y a su sol real. La religión es solamente el sol ilusorio que gira en torno al hombre mientras éste no gira en torno así mismo. (...)
Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse por medio del poder material, pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas. Y la teoría es capaz de apoderarse de las masas cuando argumenta y demuestra ad hominem , y argumenta y demuestra ad hominem cuando se hace radical. Ser radical es atacar el problema por la raíz. Y la raíz, para el hombre, es el hombre mismo. [K. Marx]