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“Invertidos y rompepatrias. Marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el estado español (1868 —1982)”, Piro Subrat
¿Ha sido la izquierda históricamente
tan tolerante con la homosexualidad como se piensa? ¿Qué le aportó en
épocas de absoluto rechazo a nivel social? ¿Qué le ha diferenciado de la
derecha en ese punto? ¿Cuál fue su postura al respecto frente a la
inusitada represión que llevó a cabo el franquismo? ¿Fue unánime su
apoyo al nuevo ‘movimiento gay’ una vez muerto el dictador? ¿El
movimiento LGTB siempre ha permanecido al margen del resto de luchas,
como a veces parece traducirse de su deriva actual, o hubo sectores muy
representativos del mismo que lucharon por algo más que por sus
derechos, mejoras legales y beneficios institucionales en los convulsos
años de la llamada ‘Transición’ e incluso más allá? ¿Qué papel tuvo la
existencia de una lucha antifranquista organizada de cara a la creación
de los primeros movimientos de liberación (homo)sexual? ¿Han sido gays
masculinos de clase media-alta provenientes de partidos de izquierda
quienes engrosaron sus filas principalmente, o hubo todo un mundo
paralelo de travestis, maricas con pluma, elementos radicales y algunos
de los primeros grupos de lesbianas autónomas a quienes la
historiografía ha relegado a un plano secundario o directamente ha
invisibilizado?
Estas preguntas y algunas más las responde esta completa e innovadora
investigación que arroja luz sobre los precedentes históricos de un tema
que lleva años en la palestra: ¿cómo ha sido la relación entre la
izquierda y la homosexualidad? Contribuye a desmitificar una izquierda
que se ha popularizado como principal vertiente ideológica que defiende
los derechos LGTB, sin haber hecho una autocrítica profunda de un pasado
repleto de rechazo a cualquier expresión sexual no normativa. A su vez,
permite comprobar como ha sido su evolución frente a ellos entre la
Revolución de 1868 y la victoria del PSOE en 1982, poniendo un énfasis
mayor del habitual en grupos políticos que habitualmente no lo tienen en
la historiografía oficial, como el anarquismo y otras prácticas
similares de base similar.
576 páginas. Rústica 17 cm x 24 cm, 20e.
ISBN:978-84-09-14346-7
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Cultura
y feminismo · Activismos y sexualidades · Underground, punk,
performances · Medios, literatura y cine · Movimiento vecinal y
poder local · El movimiento libertario · Amnistía y seguridad
ciudadana · Experiencias radicales · Militancia · Nuevos
movimientos sociales · Luchas campesinas
· Movimiento obrero ·
Prosoviéticos
Más de 100 textos · Más de 20 temas alrededor de la transición política en España en 1200 páginas · Edición limitada ·
Archivador rojo, con cierre de imán reforzado, plastificado mate y forrado al cromo con guardas en geltex negro ·
260 x 310 x 85 mm
260 x 310 x 85 mm
Proyecto realizado junto a la
Fundación Salvador Seguí, que organizó el congreso “Las otras
protagonistas de la transición. Izquierda radical y movilizaciones
sociales” los días 24 y 25 de febrero de 2017. Congreso que se celebrará
por segunda vez los días 11, 12 y 13 de octubre de 2019 en Barcelona.
Más información: página oficial del congreso.
La transición política en España tuvo lugar
en medio de un ingente esfuerzo de movilización, por parte de toda una
serie de nuevos actores que desempeñaron un papel importante como
motores del cambio político. El despertar de toda una serie de
movimientos sociales y organizaciones de carácter radical supuso la
aparición de nuevos actores políticos que resultaron fundamentales para
hacer fracasar las tentativas continuistas esbozadas por parte del poder
político, aunque tampoco consiguieran extender sus movilizaciones hasta
el punto de provocar la caída del régimen. La presente monografía
recoge las comunicaciones presentadas en el Congreso “Las otras
protagonistas de la Transición. La izquierda radical y los movimientos
sociales” en 2017, que además de un reconocimiento a la labor realizada
por miles de hombres y mujeres, en su mayoría anónimos, por acabar con
la dictadura, ha supuesto un primer intento “in extenso” de incorporar
distintas disciplinas (Historia, Sociología, Ciencia Política,
Antropología, Derecho, Filología, Historia del Arte), junto a antiguos
activistas de la izquierda radical, para abordar una visión
complementaria de lo investigado hasta ahora sobre la Transición en
España.
Descarga la versión digital del volumen de manera gratuita:
Stonewall. El origen de una revuelta. Martin Duberman.
La
madrugada del 28 de junio de 1969 cambió la vida de las seis
protagonistas de este libro, pero también cambió la de quienes hemos
nacido años después en un mundo influenciado por sus ecos, y en especial
la de quienes en este nuevo contexto hemos querido seguir luchando por
el largo camino que todavía nos queda, tomando el testigo de aquella
Revuelta de Stonewall que a día de hoy, 50 años después, sigue siendo referencial.
“El
primer Orgullo Gay fue una revuelta” dice con toda razón una camiseta,
queriéndonos recordar que los primeros orgullos no eran el capitalismo
rosa y la apología del estado de las cosas que son ahora, sino que
quienes acudían arriesgaban su integridad física, y también en muchos
casos su vida social. Pero Stonewall no
fueron sólo los cinco días de movilizaciones frente a la puerta del bar
tras aquella fallida redada policial. Fueron décadas de intensa y
disputada lucha a favor del deseo homosexual en EEUU y Europa central.
Fue el trabajo de calle de los colectivos. Fue quienes resistían y
sobrevivían diariamente en una sociedad que las rechazaba por ser además
pobres, trans y/o no blancas.
Y
fue no dejar que todo se quedara en una revuelta: la organización de
nuevos colectivos y de nuevas formas de lucha que conllevaron algunas
mejorías para algunas, problemas similares para otras y un nuevo marco
de lucha que a día de hoy con algunos cambios, prosigue.
Con este trabajo también queremos terminar con el “mito de Stonewall”
que nos llega como una revuelta de tipos gays cis blancos jóvenes,
“socialmente” guapos y “liberados”. Es decir, contada por sus
principales beneficiarios. Las trans racializadas lo dieron todo junto a
las chaperas callejeras y a las bollos de todo tipo, y no faltó la
presencia de maricas que luchaban ocultas en grupos anarquistas,
autónomos, antibelicistas, comunistas o de liberación racial, deseosas
de luchar también por aquello que las interpelaba más directamente. Ante
todo demostrar el potencial de lucha y de revuelta que tenemos quienes
estamos a la sombra del cisheteropatriarcado. La experiencia de Stonewall desató
un fuego que luego muchos quisieron apagar, pero que fue, es y será
difícil de extinguir por completo. Confiamos en que la edición de este
libro en castellano sea una chispa más que lo avive.
Martin
Duberman (New York, 1930), historiador y dramaturgo gay de ascendencia
judía, es el autor de unos treinta libros, siendo sus más conocidos éste
y Cures: a Gay Man Odyssey (1991). Se graduó con honores en la
Universidad de Yale en 1952, y se doctoró por Harvard en 1957. Tras una
etapa de profesor en Yale, en 1968 firmó un conocido manifiesto en
contra la Guerra de Vietnam, y fue encarcelado por participar en una
sentada frente al Senado. Tras la Revuelta de Stonewall participó
en la fundación de grandes organizaciones como Lambda Legal Defense
Fund (1971) o National Gay Task Force (1973). Así conoció personalmente a
buena parte de las personas que aparecen en el libro, con quienes
compartió manifestaciones, colectivos, debates, ilusiones y férreas
amistades.
En los noventa viró su
activismo hacia lo queer, participando en recopilaciones de textos de
colectivos de base, y en la fundación de Queers for Economic Justice, de
tintes antirracistas y libertarios. A día de hoy sigue incidiendo en la
necesidad de una comunidad LGTBQ politizada y combativa, que se
preocupe por incluir a su parte más excluida (adolescentes, trabajadoras
sexuales, identidades trans, gente seropositiva...) y que se aproxime a
aliarse con otros movimientos sociales de cariz radical.
Sus
investigaciones le han valido infinidad de reconocimientos por parte de
instituciones y colectivos LGTBQ, destacando el título de Doctor en
Humanidades por la Universidad de Columbia en 2017. Actualmente es
profesor emérito de Historia en el Instituto Lehman y en el Centro de
Graduados del CUNY (Campus de la Universidad de New York), y fundador y
director del Centro de Estudios de Gays y Lesbianas en el CUNY. En la
actualidad sigue investigando, escribiendo y publicando.
Después del 45 aniversario de la Revuelta
de Stonewall Inn, tenemos en castellano quizás uno de los mejores
trabajos sobre autoorganización y revolución queer y transfeminista: la
historia de S.T.A.R. contada por dos de sus protagonistas, Marsha P.
Johnson y Sylvia Rivera. La portada de este libro inmortaliza la
presencia en una concentración frente al ayuntamiento neoyorkino por la
ordenanza antidiscriminatoria a inicios de los 60. S.T.A.R., “Street
Transvestite Action Revolutionaries”, puede traducirse como “Acción de
Travestis Callejeras Revolucionarias”. Este acrónimo significa
“estrella”, palabra que era un icono gay como recordada por los Panteras
Negras por ser la Estrella del Norte referente para los esclavos negros
que se fugaban de sus amos, aunque desconocemos por qué lo eligieron.

Fueron
un referente para su época y las posteriores. Levantaron desde la
miseria económica y social en la que se criaron un proyecto
revolucionario de apoyo mutuo entre disidentes sexuales jamás visto en
tal proporción en nuestra historia reciente. Sin estudios, sin dinero,
sin trabajo estable y sin comodidades, siendo su campo de prácticas la
calle y punto. Aquí gozamos de varios de sus textos, el último del
orgullo gay de 2001. Casi diez años antes Marsha había sido hallada
flotando en el rio Hudson, y casi en el décimo aniversario del
fallecimiento de su amiga, Sylvia moría a los 51 años debido a un hígado
demacrado por las drogas y diagnosticado de cáncer. En 2005 el
progresista ayuntamiento neoyorquino, en un auténtico lavado de imagen
dio su nombre a una de las calles de Greenwich Village, donde años antes
Sylvia lanzaba un cóctel molotov contra la policía municipal que
acosaba a las mariconas del Stonewall. La represión permanece en la
ciudad, pero le toca camuflarse y cambiar con los nuevos tiempos de
integración.
Este libro va dedicado a estas dos grandes
personas, y a quienes siguen luchando bajo unos similares preceptos de
auto-organización, apoyo mutuo y disidencia sexual. Recomendamos leerlo
detenidamente. Las negras tormentas de sexofobia y violencia que se
avecinan lo convertirán en una útil herramienta para nuestra
supervivencia.
Conversando entre nosotras de cómo es ser lesbianas
Rescatamos de archivos antiguos una entrevista inédita y que no alcanzó a ser publicada, hecha X PUNTADA CON HILO a militantes lesbianas feministas del grupo Ayuquelén, a fines de los años 90. Eran otros tiempos y las entrevistadas no van con nombre justamente por eso. Los tiempos han cambiado, pero tal vez nosotras hemos cambiado mucho más que la estructura lesbofóbica en la que vivimos porque muchas de las vivencias y sentimientos que aceptan compartir con nosotras estas mujeres, nos parece que están plenamente vigentes en las vida de otras lesbianas que en la actualidad tienen las edades de las entrevistadas y situaciones sociales similares.
Esta fue una conversación sencilla entre feministas, nada de términos en "difícil", palabras academicistas o esos conceptos que se oyen ahora... (¿El siglo 21 nos habrá agotado la sencillez?)... Justo por todo esto, tal vez sea interesante leerla hoy... Además reúne algunas preguntas de ese tiempo, de lectoras de la PUNTADA CON HILO en papel. Juntamos estas interrogantes, algunas muestran curiosidad, otras, juicios y otras: deseo, y se las hicimos sin complejos a estas mujeres bellas e inteligentes que aceptaron responderlas.
Juntamos estas interrogantes, algunas muestran curiosidad, otras, juicios y otras, deseo, y se las hicimos sin complejos a estas mujeres bellas e inteligentes que aceptaron responderlas.
Dicen que creen que hay una bisexualidad latente en las personas, pero lo que más pasa, parece, es que mujeres heterosexuales deciden o se dan cuenta en un momento que su interés amoroso va por otro lado. Hay mujeres casadas con hijos que de pronto se separan y constituyen una pareja lésbica... Los psicólogos tratan de convencerlas de que sean heterosexuales. Parece que sus madres son quienes menos comprenden su condición. Sienten asco, rabia, como si esta fuese la mayor frustración de su vida.
Los psiquiatras les han dado miles de explicaciones: “falta de afecto maternal”, “rabia con su madre”, “carencia de una figura femenina fuerte y coherente con quien identificarse”... La información sobre el lesbianismo es tan terrible y culpabilizadora que sabemos que muchas mujeres se lo viven mal… las entrevistadas explican que ellas “están bien gracias a su encuentro, a su colectiva y que el problema principal es en sus hogares”.
Una entrevistada se desempeña como secretaria y tiene 30 años, la segunda es una estudiante universitaria de 20 años, la tercera es una dibujante de 43 años y la última es una actriz de 21 años.
PconH: ¿Cuándo asumiste tu lesbianismo?
Secretaria, 30 años: Desde muy niña, 10 años más o menos supe que yo era diferente, no sabía qué era. Me costó mucho asumirlo. Lo hice creo que recién el año pasado. Después de pasar por varios psiquiatras, psicólogos. A veces creí que era rebeldía de mi parte, porque mi mamá me decía: "Tú tienes que ser femenina", y "ser femenina es esto y aquello" (me daba fórmulas) y yo no quería eso. Pero no era sólo rebeldía. Traté de ser como las demás mujeres, de seguir ese esquema que nos imponen, de buscar una familia con esposo, de hacer eso de buscar un hombre para casarme. Tuve pololos, y me miré y me di cuenta que eso no era mi búsqueda. Me sentí mujer siempre, pero descubrí que yo era una mujer que no amaba a los hombres, sino a otras mujeres. Ahí me contacté con el grupo.
Estudiante, 20 años: Fue doloroso. Desde chica me sentí distinta. Ya era adolescente y nunca había pololeado a mi me parecía extraño y a mi familia también. Intenté pololear pero las cosas no resultaron… Hasta que me enamoré de una amiga. Y comencé a decirme: acéptalo. Lo asumí con pena y dolor. Mi familia no sabe. Me invento pololos secretos que me sirven de pantalla. Últimamente están dudando. Me lo han dicho en la cara. Pero yo no lo he confirmado. Me preguntan indirectamente si soy lesbiana. Se lo imaginan.
PconH: ¿Te duele que lo sospechen y que lo lleguen a confirmar?
Por sí mismo no. Pero en la forma que lo dicen, sí duele.
¿Como lo dicen?
“Tengo miedo que seas lesbiana”. “Eres feminista y todas las feministas son raras”. “Yo no soportaría que una hija mía...”. “No hay nada peor que tener una hija lesbiana”... Veo como mi mamá llora y se desespera y me pregunta con duda a donde voy. Me dice: “Te pueden seducir y te pueden inducir a cosas malas”... Ella dice que el que una hija se embarace soltera, pasa, pero que una hija sea lesbiana, es lo último.
Actriz de 21 años: Siempre lo supe. Me asumí como a los 10 años y públicamente como a los 14. Me llevaban al psicólogo y lloraban y yo no estaba ni ahí. Porque sabía que no tenía ningún problema.
PconH: ¿Fue doloroso?
-Creo que menos. Aunque también lo fue. Pero es por el entorno.
PconH ¿Dijiste en tu casa que eras lesbiana?
-Con mi papá lo conversé. Mi problema radica en mi madre. Porque yo cacho que en un sistema patriarcal es la mujer la que paga las culpas. La gente dice: “¡Ah, si la hija es así será por culpa de la madre!”. Y ella se pregunta: “¿Que habré hecho yo?”, “¿En qué fallé?”. Ahora último se ha agudizado la situación. Ella, en peleas me ha dicho cosas crueles, como hacerme notar que ella tiene "las hormonas bien puestas" a diferencia de mí, quiso decir. Y yo no supe qué contestarle… Pero me hubiera gustado decirle que acá también todas somos mujeres. Mi mamá no quiere ver la realidad. Nunca lo he hablado directamente con ella. Me han mandado al psicólogo, y es una tontera porque esto no es un problema siquiátrico.
Dibujante de 43 años: Asumirlo fue un proceso, de cabra chica me di cuenta. El mundo de las mujeres me gustaba más. Era más solidaria con ellas. Sin embargo tampoco fue fácil asumir que tenía que enfrentarme a un mundo completamente hostil. El dolorcito que tenía no era por mí, sino más que nada por mi mamá, por todas las personas cercanas a mí, por como se lo iban a vivir ellos. A los 17 años le conté a mi vieja porque siempre tuve mejores relaciones con ella que con los demás. Fue terrible para ella asumir que su hija no iba a ser esposa de alguien, que tal vez yo no iba a ser madre. Ahora mi mamá está contenta con mi vida, ha tenido muy buenas relaciones con mis compañeras. Incluso con mi pareja actual se llaman por teléfono habitualmente, conversan, salen juntas. Mi papá no se mete, es muy discreto. Mi hermana también es muy amiga de mis compañeras. Y para mí es muy bueno eso. Ellas ya superaron toda la información mierdosa que hay sobre esta situación. Y están felices de que yo pueda ser feliz.
PconH: ¿Se han preguntado el por qué de su condición?
Dibujante: Pero ¿por qué preguntárselo? Sería como preguntar ¿por qué existen los heterosexuales? Yo creo que es una forma de hacer la vida propia como una la siente simplemente.
PconH: Sin embargo el mundo nos lo presentan como "naturalmente heterosexual" y la homosexualidad, nos la muestran como "una excepción"…
Dibujante: Si, pero nosotras existimos y creo que nos rechazan porque es improductivo para el sistema patriarcal una pareja que puede que no produzca hijos y no viva en relaciones de poder machistas donde la persona femenina tiene menos poder que la masculina. El lesbianismo en este aspecto es subversivo, no es para nada conveniente que mujeres solas nos constituyamos como familia y que no cumplamos el rol de reproductoras… Claro yo creo que más de una vez nos hemos preguntado ¿por qué soy lesbiana? pero la respuesta es: ¿Y por qué no?...
Secretaria: Yo pasé 29 años preguntándome eso. Siempre he sido muy curiosa y me he preguntado mucho por mi condición. Traté de buscar una respuesta en la Historia, en la Filosofía. Lo que descubrí es que ha habido mucha variedad en las diferentes sociedades históricas. Y no todo ha sido tan uniforme como lo hacen parecer. Hay culturas en las que aún se conserva la diversidad sexual: hetero, homo, bisexual como costumbre. Esto también se da en plantas y animales. Uno se va dando cuenta que a la larga es bastante natural que las personas seamos diferentes. Pero en el tipo de sociedad en que vivimos casi nada lo es. Por otro lado lo femenino y lo masculino es parte de cada ser humano independiente de sus opciones.
Actriz: Yo también me lo he preguntado y como no encontraba respuestas en las creencias tradicionales. Por mucho tiempo me sentí muy culpable... Pero ahora sé que esto simplemente, es... Lo que no significa que me quede con eso, igual me enrollo y me pregunto. En mi caso puede que tenga los modelos cambiados. Yo tengo una madre muy patriarcal y poco afectuosa y un padre muy cariñoso. Pero eso no se parece en nada a la historia de muchas de las demás. Tantas personas han tenido carencias afectivas y no son homosexuales.
PconH: Las lesbianas “odian a los hombres”…
Actriz: Hay hombres que amo. Creo que cuando era chica mi relación era de competencia por conquistar mujeres. Actualmente para nada. Hay hombres muy importantes en mi vida. Mi papá y un gran amigo. Reconozco también la belleza de los hombres y los miro cuando son atractivos, aunque yo no he tenido nunca relaciones heterosexuales. Siento incluso que como lesbiana mi relación con los hombres es mejor que la que tienen otras mujeres, porque no está eso de que le tengo que gustar como 'minita', sino que hay una relación más relajada. Hay un compañerismo distinto.
Secretaria: Mi último pololo era encantador e incluso llegué a proyectarme con él, a pensar en una vida juntos, pero me di cuenta que mis sentimientos hacia él eran de amistad y nada más que eso.
PconH: ¿Acaso los hombres no se frustran cuando se dan cuenta que no pueden seducirlas?
Dibujante: No sé… Yo creo que hay hombres que están como cansados de eso de seducir y que sienten que relajarse es más saludable. De repente, claro, hay los que se sienten violentados al comprender que una mujer es lesbiana.
PconH: ¿Cual es la actitud?
Dibujante: La típica del macho que considera que “estas mujeres no han encontrado un hombre como él que las haga sentir mujeres de verdad”.
Secretaria: Sobre todo el que siente conquistador y en un momento dado dice: “vas a caer en mis brazos”. Y si no pasa, se frustran. Hay un tipo que me dijo: “Me da la impresión de que a ti te gustan las mujeres”. Y yo le respondí: “Mira sí después de conocer hombres como tú, claro que las prefiero”…
PconH: ¿Ser lesbiana es algo estrictamente sexual o llega más allá?
Dibujante: No es sólo sexual, es una opción de vida. Es vivir una vida diferente a la que han elegido vivir las demás mujeres. Son relaciones de compañeras. Creo que mi relación de pareja es diferente a la que tiene una mujer heterosexual. Somos más que dos mujeres: dos personas.
PconH: ¿Y cómo es eso?
-No hay dependencia como en las relaciones hetero. En las hetero hay dependencia económica, psicológica. En la nuestra no. Somos dos personas independientes que están juntas porque se quieren simplemente. Siento que es una relación más honesta que termina cuando se acabe el amor. Hay gente que habitualmente pasa más preocupada de su sexualidad, de su homosexualidad, heterosexualidad, bisexualidad, que de una opción de vida más integral en la cual entra como cualquier otro valor la sexualidad. Mucha gente tiene una actitud más sexual que otra cosa, más sexual que sentimental con las demás personas. Lo de nosotras como grupo lésbico por ejemplo no es un grupo en que lo sexual sea lo central, sino que es más bien una opción de mujeres, también una opción emocional, afectiva, de mujeres feministas que quieren un cambio social. Renunciamos al esquema en que las mujeres somos santas o putas y en el que las felicidad se construye en relación al sacrificio de la mujer, renunciamos a esa relación vertical. La nuestra es horizontal.
Actriz: Se respetan los espacios de cada una
Secretaria: En la pareja hetero se asumen roles. En la lésbica no hay patrones de conducta necesariamente,
Dibujante: somos mujeres con mujeres…
Actriz: Las mujeres necesitamos por ejemplo en una relación de pareja algo más, no es llegar y conocer una mujer irse a la cama y ya... Buscamos cercanía intelectual y espiritual.
Secretaria: Puede que no siempre sea así entre lesbianas, pero es lo habitual que hemos visto y vivido.
PconH: ¿Quieren hijos?
Dibujante: Mira es difícil… Sé de casos en que mujeres que han estado casadas con hombres se han separado, han asumido una relación lésbica y les ha sido muy compleja la vida familiar. En el colegio a los niños les presentan una estructura “papá, mamá e hijos”, y se ven distintos.. Por otra parte, un padre no es sinónimo de felicidad... Yo no tengo hijos. Me encantan los niños, me hubiera gustado, pero decidí que no. Porque son seres extremadamente importantes... De repente hemos pensado con mi compañera ¿por qué parir hijos? ¿Por qué no adoptar, si hay tantos niños que necesitan hogar y cariño? Pero, ¡quién nos va a dar hijos en adopción a nosotras!...
Estudiante: Yo no quiero tener hijos. Siento un rechazo al embarazo y al parto y a que un niño dependa de mí.
Actriz: Yo creo que en un niño lo que prevalece es el cariño. Se puede ser madre soltera y amar mucho a un niño. Ellos no tienen rollo con eso... El rollo va a comenzar cuando él se planteé la estructura patriarcal y la compare con la de su casa. Yo cuestiono mucho que es lo que puedo ofrecer a un hijo y en esta sociedad es complejo. Yo puedo tener mucho que ofrecer sin embargo, la estructura social ¿me lo va a permitir? Las parejas o las personas hetero por lo general ni se preguntan qué va a pasar con esas personas que serán sus hijos, nosotras sí, todo el tiempo…
Secretaria: En una ocasión creí estar embarazada y me pareció maravilloso. Pensaba asumirlo sola. No era cierto y me desilusioné. Pero pensé que era mejor, creo que aquí en Chile es casi imposible tener un hijo siendo lesbiana. El medio es muy adverso.
Estudiante: En una marcha por los DDHH, íbamos un grupo de homosexuales y lesbianas marchando y toda la gente comenzó a apartarse de nosotros, quedamos solos. Escuche que la gente decía; "qué poco serio”, “¿qué están haciendo aquí?... Me sentí muy mal. “Qué estai haciendo ahí no marchis con los maricones”, dijeron
PconH: ¿Qué DDHH (derechos humanos) son de las lesbianas?
Dibujante: El derecho de las personas a la libre elección sexual, de culto, a ser feliz
Secretaria: A vivir en paz, a buscar nuestra felicidad, a compartir con los demás, ya que sea como sea somos seres sociales y sentirse apartadas de la sociedad es doloroso. No poder compartir tus sentimientos, tus emociones con tu familia por ejemplo.
Estudiante: Es un derecho de vida te están quitando minutos de vida que otras tienen, en que podríamos pasarlo bien.
PconH: Al ver la tevé o escuchar canciones, se nota cómo si las lesbianas no existieran, están ausentes en las teleseries, en las películas y canciones...
Secretaria: Sí, una quisiera, como todas, identificarse con las heroínas, pero una es invisible.
Dibujante: Yo me alegro de no aparecer en una teleserie porque son todas espantosas...(risas)
PconH: ¿Y lo de la belleza? ¿Hay otra idea de belleza desde la mirada lesbiana?
Dibujante: ¿Cuándo se es “bonita”? La sociedad quiere algo estereotipado. Un estilo 'mujercita-bonita-tontita', seductora con ese lenguaje de la vestimenta, de la competencia...
PconH: ¿Y entonces?
Secretaria: A mí me gusta pintarme las uñas, y lo hago por mi placer, no para conquistar a un hombre ni a una mujer, sino para sentirme bien conmigo. El fin de semana uso jeans y ropa cómoda, en la semana falda y me gusta. Creo que esto de sentirse bien es interno. Es gustarse. No quiere decir vivir en función de peluquerías o tiendas caras…Por otro lado creo que entre nosotras esto de la belleza se da por otras cosas, no por el lado de la chica pinturita nomás. Sino de algo más interno.
PconH: Muchas mujeres consideran que si eres lesbiana siempre estarás tratando de seducir a otras mujeres… ¿qué dicen?
Todas: ¡No!!!! (risas)
Secretaria: ¿Te hemos seducido?
PconH: Podría ser… capaz que quiero que lo hagan… (más risas)
Estudiante: Mira, hay mujeres que me gustan y otras que no…
Secretaria: Si vemos a una mujer bella, la miramos como cualquier persona. Con admiración. Si tengo una amiga bonita, le digo que es bonita y eso no significa que yo la desee.
Estudiante: Bueno a veces me levanto con ganas de seducir a todo el mundo y voy por la calle y le sonrío a las mujeres y a veces les digo que son lindas...
PconH: ¿Que pasa cuando tú haces eso con las mujeres en la calle?
Estudiante: Bueno, no cachan una nomás. No piensan en lesbianismo...
Dibujante: Hasta en eso somos invisibles, si lo hiciera un hombre con otros hombres, altiro captarían.
Actriz: Tengo unas amigas que le han dicho a una mujer: linda, guapa, bonita, en fin... Y en realidad, nadie se pasa el rollo de que pueden ser lesbianas, sino que piensan que es una comadre buena onda.
Estudiante: Yo creo que las mujeres en esos casos se cortan. Cuando me han piropeado mujeres u hombres igual me corto, me arranco.
Actriz: Creo que la cosa de los piropos viniendo de mujeres son distintos. Los de los hombres por lo general parecen más agresión que otra cosa, muestra de superioridad y prepotencia. Nosotras no estamos en esa pará.
Secretaria: el hombre por lo general se va a lo grosero
PconH: ¿Las feministas las discriminan?
Dibujante: A veces, supongo que es el miedo a ser más marginadas todavía, a recibir más rechazo. A ser catalogadas todas de lesbianas, cuando hay feministas que son lesbianas, otras que no son lesbianas, y lesbianas que no son feministas.
victoria aldunate/puntada con hilo de la memoria años 90
ALGUNOS MITOS CON RESPECTO A LAS LESBIANAS
Y usamos el concepto "mito" en la definición de que los mitos serían ideas y creencias preconcebidas sobre un tipo de personas, en este caso sobre las lesbianas. Ideas y creencias que alteran la realidad y distorsionan el comportamiento verdadero que se observa en esas personas sólo porque están originadas en sentimientos conservadores y hasta reaccionarios, en miradas prejuiciosas, machistas y moralistas.
-que están enfermas
-que tienen problemas psicológicos o psiquiátricos
-que parecen hombres
-que quieren ser hombres
-que nunca se visten con faldas, taco alto, no usan aros, no se pintan
-que son pervertidas
-que odian a los hombres
-que no tiene hijos o hijas
puntada con hilo
> *PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES >
Por el combate en el ámbito laboral
Dossier "por el combate en el ámbito laboral" by Valladolor on Scribd
SOLIDARIOS DE LA SANIDAD PÚBLICA
De la memoria reciente de la lucha de clases
Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com