Tres años desde la revuelta griega

Publicado por valladolor domingo, 1 de enero de 2012 ,


Hace tres años en Atenas la Policía asesinó a Alexis Grigóropulos, un estudiante de quince años. Esto desencadenó la primera oleada de disturbios tras la crisis de 2008, preparando el terreno para la agitación que le siguió en el norte de África, España y en muchos más lugares.
Para recordar la vida de Alexis y los esfuerzos de todos los que se propusieron vengar su muerte, hemos recuperado fragmentos de una entrevista que hicimos a unos compañeros griegos el año siguiente, cuando los disturbios se habían acabado, pero los recuerdos aún estaban frescos. La entrevista sirve como una pequeña instantánea histórica, documentando el optimismo de aquel momento, pero también la comprensión de cómo de enormes seguían siendo los obstáculos hacia la revolución. Mucho ha cambiado desde entonces. Grecia ha sido testigo de una serie de tragedias y conflictos, mientras los anarquistas griegos han ido viendo, simultáneamente, como amplios sectores de la población han abrazado sus tácticas, perdiendo la iniciativa a medida que las deficiencias de su estrategia se hacían evidentes. Esta entrevista es más oportuna que nunca, dado que se enfrenta a las cuestione de cómo aprovechar al máximo el punto álgido de una lucha. Esto será relevante en Norte América antes de lo que se espera. Regreso a diciembre
[Void Network, entrevistados en diciembre de 2009]

¿Cómo se trató de limitar la revuelta desde fuera, desde el poder del Estado?
El gobierno, atrapado en escándalos, una crisis económica y conflictos internos, no ha sido capaz de aprender de todos los golpes que ha recibido. Una élite que intenta aparentar que no está pasando nada no puede hacer otra cosa que olvidar.
Durante el levantamiento en el campo, los pueblos y las pequeñas ciudades, las influencias externas fueron mucho más fuertes que en Atenas o Tesalónica. Por ejemplo, en Patras y Larisa, ambas son ciudades grandes que vivieron disturbios que la policía no fue capaz de controlar durante días, pequeños pero bien organizados grupos de neonazis junto con la policía antidisturbios buscaban a los jóvenes, calle a calle, y perseguían a grupos de estudiantes desde los disturbios hasta su casa, asustándoles a ellos y a sus padres.


En las ciudades pequeñas y en los pueblos, policías de paisano iban de tienda en tienda extendiendo rumores falsos e informando a los propietarios de que anarquistas salvajes estaban en camino para destrozar sus tiendas, de la misma manera que la televisión mostraba la destrucción exagerada de pequeñas tiendas en Atenas. Así que cuando la gente joven, anarquistas e izquierdistas salían a la calle de sus pequeñas ciudades sin intención de golpear otra cosa que no fueran bancos, comisarías de policía o edificios gubernamentales, los propietarios de las tiendas los trataban como vándalos en lugar de cómo sus propios hijos. Sin embargo, en la mayoría de las pequeñas ciudades durante el levantamiento, la gente generalmente pensaba que aquellos eran “nuestros propios hijos” y la juventud y los anarquistas llevaron a cabo acciones increíbles a escala local.
La influencia del conservadurismo también fue mucho más notoria en algunos pueblos de tradición derechista. El conservadurismo, el poder que mantiene nuestra vida “como era”, nuestra mente “como la conocemos” y nuestras acciones “como siempre las hemos realizado”, era el factor más fuerte para sostener la estabilidad previa antes, durante y después de los disturbios de todo el país.
Mucha gente se opuso a la revuelta y tuvo la oportunidad de expresar su desaprobación de forma mucho más efectiva y abierta en el campo que en la ciudad. En algunos pueblos la mayoría de los habitantes estaban en contra de las “tendencias” anarquista e izquierdista. En estos pueblos era muy difícil para los pocos participantes mantener el entusiasmo insurreccional durante varios días, incluso en esos sitios se llevaban a cabo acciones día tras día durante semanas, probando que la pasión por la libertad no teme a la mayoría conservadora y autoritaria.
El poder del Estado se manifiesta principalmente en entrevistas en la radio, los programas de televisión y la policía antidisturbios en las calles. El trabajo del Estado era poner excusas y reforzar las defensas conservadoras de esta sociedad, para mantener la normalidad incluso en medio del caos y expresar firmemente que nada cambiaría; también acabar con el caos sin encontrarse otro cadáver en la calle. Era crucial que lo hicieran sin llenar estadios con miles de detenidos para no mostrar una imagen dictatorial.
El trabajo de los medios de comunicación, como parte del régimen, era proporcionar excusas simples para la “revuelta de los niños”, para no alienar a sus padres, para evitar hablar seriamente sobre las razones específicas que se encuentran tras las dianas de golpes e incendios, para alimentar los peores miedos de la mayoría conservadora y para retratar a los anarquistas como irrelevantes en el fenómeno. En este sentido, construyeron un muro entre los buenos chicos y los anarquistas malos, inmigrantes, radicales, extremistas-criminales.

¿Hasta dónde llegaban los límites impuestos por los propios participantes?
En las grandes ciudades, especialmente en Atenas y Tesalónica el cansancio psicológico tuvo mucho impacto tras días sufriendo los efectos de los gases lacrimógenos, corriendo por el centro de las ciudades, asistiendo a asambleas que duraban horas y llevando a cabo todo tipo de acciones directas; construyendo y manteniendo barricadas y zonas liberadas, golpeando, quemando y luchando contra la policía antidisturbios, la secreta y los grupos neonazis…día tras día y noche tras noche. Los chicos y chicas dormían dentro de universidades ocupadas durante muchos días lo que demostraba un aguante psíquico heroico.
Cuando reabrieron las escuelas los estudiantes tuvieron que volver a clase. Tres semanas después del estallido de la revuelta los universitarios empezaron a pensar que podrían suspender el curso si la ocupación de las universidades continuaba después de la Navidad. Tres semanas después los estudiantes cada vez salían menos a la calle. Estaban satisfechos con la experiencia personal de la revuelta y la venganza contra el Estado, pero estaban cansados de la lucha callejera, además sus padres les presionaban para volver a la normalidad. Los estudiantes y los jóvenes que no estaban organizados políticamente comenzaron a perder el sentimiento de unidad de las primeras semanas y empezaron a mostrar escepticismo hacia la posición, decisiones, iniciativas y análisis político de los anarquistas. Muchos continuaron participando en diferentes acciones, pero manteniendo distancia con las principales ocupaciones y disturbios.
Por su parte, los trabajadores tenían sus empleos esperándoles. La mayoría de los participantes tenían que trabajar todo el día y después tomaban parte en las acciones, demostrando también gran fortaleza mental. El peor momento de la asamblea para ocupar la Confederación Nacional de los Trabajadores Griegos fue cuando los trabajadores insurrectos empezaron a criticar el pasar tanto tiempo haciendo profundos análisis porque tenían que descansar para poder trabajar a la mañana siguiente. El trabajo fue una limitación antes, durante y después de la revuelta.
Tres días después de que empezara la revuelta, los inmigrantes, mucho de ellos indocumentados, se enfrentaron a una violenta reacción por parte de la policía y la opinión pública. La policía continuó persiguiéndoles durante meses y al verano siguiente arrestó a miles de los llamados “inmigrantes ilegales”.
En la red de asambleas y charlas empezaron a resurgir muchas cuestiones, debates y discusiones sin fin que caracterizaron al sector radical griego. Muchas de éstas tomaron la forma de hostiles dicotomías y enemistades como izquierdistas vs revolucionarios, antiautoritarios vs anarquistas, artistas vs anti-artistas, periodistas de medios alternativos vs activistas de contrainformación, acción directa vs propaganda política, moderados vs extremistas, hooliganismo vs antiestatalismo, antiestatalismo vs criminalismo, anarcocomunismo vs post-anarquismo, yonkis vs revolucionarios políticos serios, saqueo vs incendio…y así sucesivamente. Mucha gente se dio cuenta de esto e hizo esfuerzos para combatirlo. Pero a la tercera semana muchos de los debates se habían convertido en largas y tediosas distracciones de la decepción que sentíamos cuando vimos que la sociedad no se levantaría como muchos esperaban que pasase en los primeros días.
Una derrota mayor llegó pronto cuando la jerarquía sindicalista decidió cancelar la huelga general convocada para el 10 de diciembre. Esta huelga se había anunciado mucho tiempo antes de la muerte de Alexis, pero la desconvocaron para evitar la generalización de la revuelta. El encuentro histórico con la clase obrera fracasó una vez más. Nunca hay que fiarse de los trabajadores. La “clase obrera” sigue a sus líderes, a sus partidos políticos, a sus propias instituciones y organizaciones sindicales, sus propios ídolos y fantasmas. Los obreros, los granjeros, los pequeños burgueses hicieron todo lo que estaba en su mano para ayudar a que el régimen sobreviviera y todo volviera a su lugar.
Así que como se puede ver, la normalidad también se escondía dentro del movimiento, no solo a su alrededor.
La sumisión de la mayoría al ‘status quo’ y el comportamiento habitual de trabajo y consumismo mantuvo a millones de personas alejados de las calles. La incapacidad de los implicados en la revuelta para explicar las razones políticas de las acciones y para ampliar este conocimiento a una escala que pudiera abordar los problemas de la gente de a pie fue un fracaso que ocultó a toda la sociedad la revuelta y la impidió formar parte de ella y continuarla con sus propias acciones y decisiones.


Lo que era seguro es que la gente no estaba preparada para un cambio social y menos para un choque con su propia realidad. La muerte de Alexis cayó como un trueno, pero muchos de ellos fueron incapaces de entender qué llevó a sus propios hijos, amigos o vecinos a participar en la revuelta. La sociedad pudo sentirlo y expresar su empatía pero no estaba preparada para trasladarlo a un enfrentamiento político con el régimen.
Desde un punto de vista insurreccional, podemos decir que ahora, tras diciembre, las conciencias de millones de personas han dado un paso adelante y esto es el mayor logro de la revuelta. La insurrección abre horizontes. Muchas cosas que ocurrirán en el futuro nunca hubieran ocurrido antes de diciembre.
Todas las miles de personas que participaron ofrecieron una invitación al resto, la mayoría silenciosa. Cuando este silencio tapa tus oídos, retumbando en las calles de una ciudad atestada que quiere regresar a la normalidad tras cuatro semanas de inacabables disturbios y todo tipo de acciones, una voz interior te obliga a tomar la inspiración y la experiencia que has ganado por ti mismo, volver a tu colectivo y continuar la lucha desde allí.
Incluso con la mayoría de los mercados destruidos, la sociedad griega generó una extraña necesidad de reproducir una pseudo-celebración de la Navidad. Incluso cuando en todas las paredes de la ciudad había pintadas que decían: “Navidades pospuestas, estamos de insurrección” y el humo del gas lacrimógeno y el olor de los bancos quemados y las cenizas de las tiendas de lujo aún flotando en el aire, y la muerte de Alexis en la mente de todos. La Navidad tuvo lugar el 25 de diciembre como cualquier otro año. En fin de año, en la Plaza Síntagma, el puto alcalde, junto al flamante nuevo árbol de Navidad, protegido esta vez por policía antidisturbios, anunció que todos éramos uno, todos éramos lo mismo, ¡y éramos felices! Miles de pobres inmigrantes aplaudieron tras el escenario, aunque muchos apenas entendieron una palabra. Las tres ocupaciones centrales de Atenas (Politécnica, Nomikí y ASOEE) se disolvieron uno o dos días después de Navidad.
Andabas por el centro con tus amigos, a las cuatro de la tarde en Año Nuevo y allí ya no había más disturbios y querías destrozar todo lo que había a tu alrededor para empezar de nuevo desde el principio. Pero un instinto interior te decía que aún hay mucho trabajo que hacer antes de que este mundo explote. Y la revuelta continúa viajando en el espacio y el tiempo, pero aún sientes que algo se ha perdido y que tenemos muchas cosas de las que preocuparnos.

¿De qué formas los límites de la revuelta se vieron determinados por factores originados antes de su inicio, tales como la infraestructura de los grupos anti-autoritarios y proyectos de cultura de la resistencia en Grecia?
Durante muchas décadas, la lucha incondicional de los anarquistas contra el Estado y el capitalismo, ha encontrado su principal expresión en la confrontación contra todos los distintos departamentos y sucursales de la policía a lo largo del planeta, por ejemplo los choques ocurridos en Praga, Seattle, Génova, Tesalónica, Maastricht, Niza, Rostock, Berlín, Copenhague, París, Cancún, Santiago, Buenos Aires, San Francisco, Méjico DF, Hamburgo, St. Paul, Turín, Johannesburgo, Miami, Seúl y muchos otros lugares. Por supuesto, el Estado no es un castillo, la policía no es el principal protector del Estado. La apatía social, la pasividad, la aceptación del status y el miedo al cambio son, posiblemente, incluso protectores más fuertes del Estado de lo que es el ejército, y los compañeros en Grecia bien lo saben. Pero durante los “Días de Alexis”, la policía fue el objetivo principal del ataque. Las razones eran obvias, en esa ocasión incluso para los conservadores. La lucha fue legitimada incluso por los reformistas. Por primera vez, el sentido común anarquista estuvo emparejado con el sentido común social. Desafortunadamente, el sentido común es un gran obstáculo para la inteligencia.
El objetivo de la lucha en sí misma, la policía, fue la gran limitación para la expansión de la revuelta en una insurrección social generalizada. Para la mayoría de la gente común, la brutalidad policial fue el objetivo de su lucha, y los anarquistas, con una gran experiencia en la lucha contra la policía, lucharon fuertemente junto a la gente que quería expresar su rabia contra la brutalidad policial, junto a ellos, a veces incluso siguiéndoles.
Pero generalmente, fueron incapaces de atraer a la mayoría de gente a su lado en una negación total de las raíces del régimen contra las causas reales de esta y todas las otras muertes perpetradas por el Estado y el capitalismo. La mayoría de la gente no estaba preparada aún para viajar a los cimientos de su esclavitud. La sociedad no estaba lista para encarar sus propios fracasos a la luz clara de la insurrección.
Y la gente en la lucha no expandió el diálogo lo necesario para englobar todos los aspectos de la vida cotidiana. De los cientos de comunicados realizados, sólo unos pocos pudieron ofrecer realmente una explicación política inspirada y una solución organizada y sólida. Los grupos de afinidad y las iniciativas tenían la capacidad de ofrecer una gran calidad de análisis de las condiciones y una dura crítica al régimen, pero no tenían la suficiente experiencia como para desplegar el entusiasmo para una victoria social. Visiones de un mundo que pudiera surgir de las cenizas del antiguo, vías reales de escape de la crisis neoliberal sin salida, imágenes del futuro que todos soñamos, planes aplicables para continuar la lucha una vez todo hubiera sido destrozado y quemado.
De modo que cuando la rabia comenzó a decaer, no había respuestas sólidas a cerca de qué se debería hacer después. Ni siquiera en los sueños más delirantes que pudiéramos haber tenido. Anduvimos durante días y días como sombras dentro de nuestras propias luchas, preguntándonos, a través del humo del gas lacrimógeno, cuál sería el siguiente paso.
¿Quién tiene las respuestas apropiadas, quién puede siquiera narrar esta historia, quién puede ofrecer soluciones y respuestas sobre cómo hacer una insurrección social generalizada? Nadie puede forzar a la sociedad a ir más allá, y los anarquistas siempre hemos rechazado ese papel. Cuatro semanas después del asesinato de Alexis, todo el mundo sabía que la revuelta no era una revolución, así que nadie dio respuestas específicas sobre que se debía hacer para ir más allá. ¿Qué podríamos hacer para mantener los disturbios?¿Son los disturbios inacabables el camino a la insurrección social?
La mayoría de la gente que participó en la revuelta dice que no acabó. Encontramos una gran verdad en esto, pues miles de nosotros participamos y mantenemos activos muchos proyectos, luchas y asambleas que fueron creadas en diciembre en todas las ciudades y pueblos. Para la mayoría de la gente Alexis sigue vivo. En las luchas de hoy puedes encontrarle sonriendo tras las acciones, manifestaciones, planes creativos y visiones destructivas.

¿Qué conflictos se han desarrollado tras la revuelta entre los grupos que participaron en ella? ¿Se han roto los lazos y conexiones que fue posible mantener durante la revuelta desde que ésta terminó?
Durante la revuelta, muchos viejos amigos se distanciaron para siempre mientras que grupos que se habían odiado durante décadas trabajaron en proyectos y en una acción común. Muchos viejos grupos se transformaron en algo completamente distinto y se crearon nuevos grupos de afinidad. Como la mayoría de anarquistas griegos no se relacionaban entre sí y diferencias profundas separaban a los grupos y a las individualidades, nadie podía hablar verdaderamente sobre qué estaba ocurriendo ni nadie entendía claramente qué se estaba preparando ni quién lo hacía. Esta fragmentación total es muy útil durante periodos de “paz social”, dado que produce una gran variedad de opiniones, análisis e iniciativas. La policía era incapaz de infiltrarse en el movimiento. Cientos y cientos de grupos, gente que se conocía desde hace años y compartían una total confianza y empatía aparecían como de la nada y a la nada volvían.
Por un lado, toda esta fragmentación creó una situación extraña: toda esta gente, que se conocía entre sí desde hace años, pero que nunca habían vuelto a hablar, se vio de pronto compartiendo el tiempo y luchando codo con codo. Diciembre produjo fuertes lazos de solidaridad y lucha común.
En los primeros meses de 2009, enormes asambleas, la mayoría realizadas en los anfiteatros de la universidad por la tarde-noche, tuvieron lugar todos los días. A veces la gente que quería unirse a una asamblea, empezaba a participar en la que tenía lugar previamente, mientras esperaban a que acabara antes de comenzar la siguiente. Algunas estuvieron formadas por entre 100 y 400 personas todas las semanas. Por nombrar algunas:
-La asamblea solidaria con los inmigrantes.
-La asamblea solidaria con los presos de diciembre.
-La lucha por la trabajadora Konstantina Kúneva.
-La asamblea de estudiantes de escuela y universidad.
-La asamblea de doctores y enfermeros en lucha.
-La asamblea de artistas en lucha, la asamblea de artistas desconocidos.
-La asamblea de trabajadores en paro.
-El Comité de Iniciativa del Barrio de Exárjia.
…y muchos otros comités en diferentes barrios, así como asambleas que tenían lugar en otras ciudades por todo el país. A todas estas asambleas generales insurreccionales, por supuesto, debemos añadir todos los encuentros entre colectivos y grupos que estuvieron participando en estas asambleas generales.
A lo largo de estos meses hubo un cartel en las paredes de Atenas con un monstruo dadaísta muy gracioso que decía: “¡La obediencia se ha acabado! ¡La vida es mágica!” y para muchos de nosotros vivir esta vida mágica significaba saltar de asamblea en asamblea preparando cosas increíbles y poniéndolas en práctica con toda esta gente. Estas asambleas dieron vida a acciones, proyectos y visiones de muy diferente tipo, los sueños locos que se tienen con 15 años o hablando con un amigo la otra noche o algún plan secreto que tenías con un compañero y ahora se hacía realidad.
La mayoría de iniciativas y asambleas de artistas, románticos, gente desideologizada y activistas creativos pronto menguaron, perdiendo el entusiasmo de la primera semana y fueron haciéndose más pequeñas pero también convirtiéndose en grupos creativos más sólidos. Diversas razones forzaron a las personas que componían estas asambleas a volver a su creatividad individual, pero muchos de estos grupos siguen dedicados a sus proyectos.
Semana tras semana, mientras la gente iba cogiendo más y más confianza entre sí, los viejos conflictos, las diferencias, los distintos puntos de vista políticos y las diferentes necesidades, expectativas, estrategias y métodos empezaron a aparecer de nuevo. Este rebrote de las viejas separaciones y debates probó que las diferencias no eran simples malos entendidos efímeros o diferencias personales, sino que estaban basadas en profundas desigualdades en los análisis y en duraderas diferencias en la práctica y en las formas de pensar.


Lo interesante fue que, aunque la mayoría de estas asambleas generales se deshicieron o empezar a atraer a menos gente y a tener menos poder e influencia, habían aparecido nuevas formas de organización. Tras meses de encuentros, todo el espacio político tomó nuevas direcciones. Las asambleas generales dejaron de ser útiles mientras que aparecieron nuevas amistades y contactos. Distintas ocupaciones, centros sociales e iniciativas varias comenzaron a formarse tras el final de las asambleas generales. La gente y los grupos que se habían conocido durante la revuelta y el periodo de creatividad abierta y encuentros masivos que siguieron a diciembre, ahora tenían una experiencia común (sabían dónde estaban de acuerdo y en desacuerdo, sabían las direcciones y estrategia que tomaba cada grupo) y muchos nuevos proyectos, planes y decisiones fueron llevados a cabo. En esta línea, los anarquistas y otros activistas revolucionarios y radicales evitaron los conflictos. El crisol de las asambleas generales se rompió en encuentros, laboratorios de caos creativo, ocupaciones y acciones directas mucho más efectivas.

¿Cómo de efectiva ha sido la represión gubernamental para debilitar a los movimientos que comenzaron la revuelta? ¿Cuáles han sido las formas más efectivas de resistir esta represión?
Una característica básica del espacio anarquista griego es que a través de la influencia de las prácticas insurreccionalistas, rehúsa verse a sí mismo como un “movimiento” homogéneo y, especialmente, como un movimiento de “resistencia” o de “acción directa”. La idea del ataque directo tiene mucha más influencia. El momento del ataque está controlado por los grupos y por propia iniciativa, no por un proceso de toma de decisiones colectivo.
Por supuesto, en periodos de movilización social, como las manifestaciones contra la privatización de la universidad o la salud y los servicios públicos o en grandes eventos como la Cumbre de la UE o el G8, existe una coordinación y comunicación entre los grupos. Pero incluso bajo estas circunstancias, la iniciativa del ataque directo es tomada de forma anónima por grupos e individualidades. Esto hace las cosas muy complicadas para el Estado (y también para la gente). Nadie puede decidir cuándo va a ocurrir, nadie sabe que va a ocurrir en realidad hasta que ya ha ocurrido.
El espacio anarquista tiene la habilidad de aparecer con mucha fuerza y después desaparecer completamente del lugar de la confrontación durante breves periodos de recuperación. Estos breves periodos sin disturbios inducen al gobierno a pensar que tiene otras cosas más importantes de las que preocuparse, el ojo de la autoridad no está centrado en los anarquistas. Mientras tanto, los grupos incendiarios llevan a cabo ataques imparables contra todo tipo de objetivos. Durante estos periodos, cientos de asambleas, eventos, actos públicos, proyecciones, festivales gratuitos, fiestas, lecturas, talleres y manifestaciones públicas sin enfrentamientos garantizan la visibilidad de los anarquistas, autónomos, o anarco-libertarios. Estos procesos políticos y culturales repercuten también en la inacabable llegada de nueva gente, el reemplazo de personas quemadas por otras nuevas y la preparación para un nuevo ciclo de confrontación intensa.
Es como una ola. Cuando está arriba, se puede ver en las noticias, en la televisión, en las calles, en cualquier lugar. Cuando está abajo, no se ve, pero se siente. Te encuentras con la ola porque está junto a ti y no para de moverse a través de las iniciativas de cientos de personas distintas.

¿Cómo se está “recuperando” la gente de la revuelta? ¿Problemas legales? ¿Traumas emocionales? ¿Cansancio?
No hay ningún trauma emocional por diciembre. El uso de cócteles molotov cura el pánico de la gente y arrebata el control de las calles a la policía. Los molotov usados como herramienta defensiva pueden mantener alejada la agresión policial el tiempo suficiente para que todo el mundo se ponga a resguardo y se recupere del gas lacrimógeno o evite ser arrestado. Cuando los molotov se usan como arma ofensiva junto a cientos de piedras y trozos del pavimento, le dan coraje a la multitud y extienden una sensación de poder y el convencimiento de que se pueden realizar cosas increíbles.
Un eslogan para diciembre podría ser: “La acción reemplaza a las lágrimas”.
Mucha gente participó en el movimiento de solidaridad por los 65 arrestados, los cuales estuvieron bajo custodia entre dos y ocho meses. Ahora todos están libres. El movimiento de solidaridad tomó las calles con manifestaciones masivas y contra-información, que realizó conciertos masivos para recaudar fondos y organizó la defensa judicial. Ha dejado claro a los anarquistas griegos que en los años venideros la solidaridad debe ser una de las principales metodologías de cualquier movimiento que pretenda participar en un confrontación seria contra el régimen.
No hay necesidad de “recuperarse” después de diciembre. También tenemos que aclarar que la revuelta no finalizó por problemas legales, causas emocionales, cansancio o represión. Más bien, el espacio anarquista, de forma instintiva e inteligente, eligió desaparecer del centro de la escena y puso en práctica muchas otras iniciativas de menor intensidad que enriquecen la lucha. Esta prudente estrategia de autocontención de la guerrilla urbana también encontró sus expresiones en la aparición de muchos y diversos proyectos que comenzaron después de diciembre y ahora ayudan al “movimiento” a profundizar sus raíces en la sociedad y en las comunidades locales.

¿Cómo ha utilizado el gobierno la revuelta de forma estratégica para fortalecer su posición desde diciembre? ¿Esto pudo ser evitado?
El gobierno no ha encontrado ninguna manera de utilizar la revuelta para fortalecer su posición. Era algo difícil de hacer dado que la revuelta se extendió por todas las clases y estratos sociales. Solamente los inmigrantes se vieron en una situación peor cuando se enfrentaron a un contragolpe y una persecución racista contra los sin papeles que tuvo lugar en junio. La solidaridad mostrada hacia los inmigrantes fue fuerte, pero incapaz de protegerles. Muchos esfuerzos están siendo dirigidos a intentar acercar a los inmigrantes al espacio anarquista, pero no es fácil. Los inmigrantes tienen sus propios intereses, sus propios miedos y deseos. Muchos de ellos tienen una vida muy complicada y unos fundamentos culturales y políticos (o no políticos) muy diferentes.

¿De qué forma ha puesto la revuelta a los anarquistas en una posición más fuerte? ¿De qué forma ha gastado energías sin situar a los anarquistas en una posición más fuerte? ¿Hay alguna forma por la que haya situado a los anarquistas en una posición más débil?
El movimiento anarquista en Grecia sufrió muchos cambios metodológicos durante los últimos años en su esfuerzo por acercarse más a la sociedad, escuchar los problemas de la gente, evitar una actitud antisocial sin caer en el reformismo y tratar de encontrar vías para participar y radicalizar los movimientos sociales de nuestros tiempos. Todos estos esfuerzos dieron sus frutos durante diciembre.
Los centros sociales que abrieron en todas las grandes ciudades de Grecia durante los años anteriores, alquilados u ocupados, fueron la mejor forma de prepararse para la creación de círculos fuertes y activos de militantes y de asambleas capaces de producir y extender por todos lados propaganda y análisis.
La participación anarquista en las luchas sociales de los estudiantes y trabajadores durante los últimos años fue también muy importante y utilizó dos grandes estrategias según las circunstancias:
-Bloques anarquistas diferenciados con banderas, carteles y pancartas.
-Acción directa radical, enfrentamientos, ataques a la policía con cócteles molotov, palos y piedras.


En este caso, el “Black Block” se expande por todo el cuerpo de la manifestación, aunque sólo una minoría esté participando. La adopción de estas dos estrategias por todos los anarquistas, en función de la tensión de la lucha social y el momento adecuado, produjo un espacio común para diferentes compañeros y eliminó los conflictos internos. La participación anarquista le dio fuerza a estas luchas sociales, ganándose el respeto de muchas otras organizaciones políticas, creando un espacio común con diferentes sujetos sociales y atrayendo a mucha gente nueva al anarquismo.
La defensa de Exárjia, y muchas otras zonas como esta en Grecia, como áreas públicas autónomas, incluyendo rincones en la calle y una presencia diaria en “nuestros propios” bares y cafeterías, ofreció un punto de encuentro constante que reforzó las relaciones y las conexiones y coordinó las acciones. La creación de ocupaciones anarquistas, centros sociales, locales ocupados en universidades, conciertos, eventos, proyecciones y asambleas, propició la creación de un espacio sostenido para la cultivación de las ideas y prácticas anarquistas.
Todas estas condiciones son mucho más poderosas ahora, después de diciembre, y no parece que haya ninguna forma de situarnos en una posición más débil. Mientras que mantengamos la habilidad de escuchar al corazón de la sociedad y comprender su mentalidad, el Estado no podrá derrotar a los anarquistas.

¿Qué nuevas herramientas tiene la gente desde diciembre?
Las características más importantes son:
Consistencia: esfuerzos para ofrecer respuestas y reacciones rápidas a todos los movimientos del Estado y para mantener viva la llama con acciones que tengan lugar casi todos los días. También hay esfuerzos específicamente destinados a evitar movimientos suicidas que causen arrestos o duras derrotas. Los disturbios y los enfrentamientos con la policía están bien organizados y bien equipados y se dan en el lugar y el momento en los que tienen la mayor opción de causar el mayor daño con el menor riesgo posible. Con estas victorias, la lucha atrae a más gente.
Trabajo político: el cual está basado en la conexión directa con los problemas de la sociedad y no en cuestiones ideológicas abstractas. Los esfuerzos para escuchar a la sociedad permiten a los anarquistas mantener el contacto con las preocupaciones y miedos de la gente, dando respuestas donde parece que no las hay y atacando a las causas del problema, no sólo a los síntomas. La habilidad del movimiento para jugar un papel serio en el mundo político del país depende de la creación de raíces profundas en las luchas sociales y en la habilidad para introducir las ideas y prácticas anarquistas en los corazones de la gente común y los jóvenes radicales. Esto ocurre a través del cultivo personal de las mentes críticas y de las creaciones colectivas de confrontación abierta, inclusiva y pública contra toda forma de autoridad.
Trabajo cultural: los discursos, asambleas, las plazas, los parques y la vida pública tienden a estar compuestos por las personas que tienen el coraje de luchar y la capacidad de pensar y crear. Por primera vez en muchos años, los anarquistas están ahora preparado para lograr una amplia visibilidad en esta sociedad y atraer a nuevas personas, no sólo a través de su capacidad destructiva sino también de de la defensa de los espacios públicos (como los parques) y la creación de espacios políticos (como las ocupaciones y los centros sociales). También es importante la cultura colectiva que permite a todos los individuos beneficiarse de lo común sin perder sus personalidades con ello, tal y como ocurre en la tradición organizativa de izquierda.
Difusión continua de contra-información: aunque no mediante impresión digital, se han sacado carteles de 70×50 cm. Imprimir cientos de copias de estos carteles y pegarlos por todos lados es vital. Dado que distintos grupos crean muchos carteles distintos, todo un espectro de teoría aparece en los muros de las ciudades. Nunca más se necesitará leer libros anarquistas, ¡la teoría está en las paredes! Por supuesto, también es muy importante usar impresoras para producir cientos de copias de comunicados y libros para repartirlos gratuitamente por las ciudades. Estas prácticas van unidas con el imparable uso de sprais para pintar lemas políticos en todas las fachadas, firmados con la “A” circulada y para tachar grafitis neonazis. Algunos compañeros, también van habitualmente a la plaza mayor de sus ciudades con un pequeño generador eléctrico y un pequeño sistema de sonido para poner música, leer en público comunicados y repartir panfletos. Con estos métodos de contra-información se atrae la atención de luchas sociales específicas, extendiendo la solidaridad e iniciando inacabables diálogos con los transeúntes.
Algunas luchas y estrategias importantes, como ejemplo:
-Las asambleas de barrio, convocadas a través de carteles e invitaciones puerta a puerta, ofrecen respuestas a los problemas locales y los conectan con los problemas sociales generales.
-Los parques ocupados ofrecen una conexión directa entre los problemas ecológicos y la vida urbana diaria y son espacios públicos liberados donde pueden convivir y coexistir diferentes tipos de personas.
-Las nuevas ocupaciones permiten adquirir visibilidad a todos las diferentes corrientes de pensamiento anarquista.
-Los nuevos centros sociales ofrecen talleres, clases gratuitas, comida gratis, alcohol barato, libros gratis, lecturas, proyecciones, sesiones de DJ y conciertos y puntos de encuentros abiertos para toda clase de gente. Conectan a los militantes políticos con la gente común y los estudiantes jóvenes.
-La pequeña guerrilla urbana anima a los grupos incendiarios a desarrollar una lucha continua. Formados por personas que se conocen y confían entre sí, continúan intensificando sus ataques semanales contra objetivos del Estado y del capital. El enorme catálogo de ataques incendiarios ha configurado un mapa de instituciones, empresas, bancos y oficinas que se han de eliminar de la vida social para que la gente pueda vivir en libertad e igualdad. En ese sentido, los incendiarios ofrecen a la sociedad una señal que eleva el recelo hacia estos objetivos específicos y alienta la desconfianza con respecto a la función explotadora que desarrollan estos objetivos.
-Los grupos de estudiantes anarquistas no permiten a la burguesía el control de la universidad. Estos grupos se comunican día a día entre ellos y con el resto de estudiantes. Convierten la universidad en un espacio público que pueda dar cabida a innumerables eventos públicos cada semana, organizados también por compañeros de otros colectivos políticos y culturales. Por supuesto, las organizaciones izquierdistas y los grupos culturales también participan en la lucha por defender el asilo universitario y la lucha por mantener la universidad abierta al público por las noches.
-La defensa de las zonas públicas autónomas como parques y colinas urbanas, universidades, rincones en las calles, plazas y puntos de encuentro como Exarchia frente a la policía, la mafia, los camellos, neo-nazis e inversores capitalistas, hace que la gente se una. Los encuentros en espacios públicos producen una mezcla explosiva de todo tipo de gente de todo tipo de orígenes. Estos encuentros diarios fortalecen los grupos de afinidad y les hace estar preparados para la luchar en cualquier momento y a imaginar que esas zonas son algo completamente distinto de las zonas circundantes.
-La solidaridad pública y abierta con todos los presos, tanto políticos como comunes, expresa el rechazo absoluto hacia las instituciones penitenciarias, revela las causas reales de la criminalidad en esta sociedad y acerca a los presos anarquistas al resto de presos, ganando respeto y apoyo hacia ellos dentro de la propia cárcel.
-La lucha en apoyo de Kostantina Kúneva y de todos los trabajadores envía a los jefes el mensaje directo de que cuando tocan a uno de los nuestros tendrán que enfrentarse a todos nosotros. También demuestra que la lucha colectiva puede sacar a la luz cuestiones y atraer la atención de toda la sociedad.
-Las luchas sindicales directas autogestionadas desde la base aumenta las conciencia de la gente, año tras año, una estrategia radical y con un arraigo en aumento va interviniendo en la esfera del trabajo.
Indymedia funciona como un centro estratégico de la organización de las luchas y como un espacio público digital donde comunicados, debates y convocatorias pueden obtener difusión. Muchos compañeros empiezan su día leyendo el calendario de Indymedia para decidir en qué asamblea o acto social participar.
La creación de estaciones de radio piratas comunales y de radios digitales en universidades y centros sociales envía el mensaje de resistencia por las ondas y crea un comunidad política y cultural a su alrededor.


Los pasacalles y los desfiles críticos, las fiestas en movimiento, las raves ilegales, los conciertos autogestionados, las escenas de hip-hop social, punk, indie rock, drum´n´bass, techno y trance atraen a miles de jóvenes a espacios públicos temporalmente liberados. Les ofrece un contacto existencial entre la cultura underground y los movimientos radicales. Los eventos de cultura underground, cuando están conectados en solidaridad con el espacio político anarquista, ofrecen una introducción experimental a las cuestiones políticas y sociales de una forma distinta a los libros.
Manifestaciones en centros comerciales y zonas de lujo o en las estaciones de metro, transfiere el mensaje de la insurrección a los espacios públicos privatizados como centros de ilusiones capitalistas.
-La ocupación del Teatro de la Ópera y la interrupción de eventos comerciales creó un ejemplo de la intersección entre las esferas artísticas y filosóficas y las prácticas e ideas insurreccionales.
-La ocupación del edificio de la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE) supuso un rechazo público al papel de los líderes sindicales en los fracasos de las luchas obreras durante los últimos 100 años.
-La ocupación de las redacciones de periódicos por parte de periodistas insurrectos y compañeros con actividad en los medios contrainformativos produjo un animado punto de encuentro para la crítica directa hacia el papel de los mass media en la construcción de la apatía social.
-La ocupación de los estudios de la Estación Nacional de Televisión (ERT) por jóvenes artistas y activistas interrumpió el discurso del primer ministro, expandió la desconfianza hacia los mass media y envió el mensaje a través de las pantallas de cada casa de Grecia: “Apaga la televisión, sal a la calle”.
-Las ocupaciones de edificios gubernamentales y municipales por todo el país envía un mensaje a distinto a la sociedad sobre la forma de ver a las instituciones públicas y constituye una victoria en distintas luchas.
-Las manifestaciones antifascistas en solidaridad con los inmigrantes les deja claro a muchos de ellos que estamos a su lado.
-Videos y noticias subidas a internet y usadas por las cadenas comerciales demuestran que la policía está colaborando con neo-nazis contra los inmigrantes y los movimientos sociales. También prueba a todo el mundo que los nazis son una herramienta del largo brazo de estado contra todo tipo de resistencia social.
-Videos amateur independientes, como el del asesinato de Alexis o ejemplos de la brutalidad policial, juegan un papel muy importante en la construcción de un nuevo tipo de opinión pública.
La creación de cientos de blogs ofrece un espacio digital para la expresión directa de las motivaciones y teoría detrás de cada lucha, atrayendo a cientos de lectores y participantes. Los blogs han toro la autoridad y el monopolio de los mass media.
Hemos visto inmigrantes encerrados en campos de concentración, hemos visto la venganza de la normalidad expresada en leyes amenazadoras, hemos visto al conservadurismo actuando como el guardián y protector de la peor parte de la humanidad, hemos visto a la avaricia y a la explotación destruyendo nuestros más preciados sueños junto a los bosques, playas, parques y hospitales. Hemos visto la apatía encarcelando nuestras vidas en ciudades-fortalezas del comercio y la estupidez masiva.
Quizás ahora estamos más cerca del punto de no retorno. Para alcanzar este punto, quizás deberíamos haber renunciado a nuestros empleos el año pasado en diciembre, quizás los desempleados deberían haber reemplazado la incertidumbre del “fracaso personal” por el orgullo del reto de una insurrección colectiva. A lo mejor los estudiantes deberían haber dejado la escuela a cambio de al menos un año de vacaciones, redescubriendo el significad de la educación pública.
Tenemos que vivir colectivamente de nuevo, redefiniendo la filosofía política contemporánea y el arte revolucionario. Puede que los grupos de afinidad, los parques liberados, las ocupaciones y centros sociales puedan llegar a ser puntos para dar vida a todos estos. Hemos perdido mucho por el egoísmo de nuestras pequeñas, insignificantes e individualistas ilusiones. Puede que tengamos que luchar contra muchos miedos, trampas, mentiras arraigadas, complejos psicológicos e inseguridades. Y entonces uniremos nuestras vidas cotidianas con los secretos deseos de transformación de las calles de las metrópolis en momentos preciosos de libertad y felicidad.
La revuelta nunca termina. La revuelta nunca terminará.
Quizás necesitemos empezar a pensar acerca de cómo es el mundo en el que nos gustaría vivir. Debemos usar momentos e imágenes de nuestra vida actual que deseemos expandir y activar en todos sus significados. No necesitamos ningún plan de ciencia ficción para nuestro futuro, lo tenemos todo aquí y ahora. Tenemos que liberarlo del Estado y el mercado y compartirlo.
Revolución es cuando toda la sociedad coge las riendas de su vida y todo lo que ahora es mercadería se convierte en un regalo, una vez más. Revolución son miles de revueltas, nada más, nada menos. La revuelta abre el camino, libera espacios y tiempo, reprograma la vida cotidiana, cambia las relaciones, inventa nuevas palabras, rompe jerarquías y deshace tabús y miedos y limitaciones, logrando la mayor participación pública posible en proyectos e infraestructura que nos da la oportunidad de expandirnos nosotros mismos y compartir nuestras habilidades sin límites. Las revueltas son una lucha sin final, una pugna constante entre la desesperación y el autocontrol, la apatía y la acción, el miedo y la decisión, las necesidades y las pasiones, las obligaciones y los deseos, los obstáculos y sus superaciones. ¿Es posible imaginar esto? La experiencia de la revuelta de 2008 nos muestra que estos sueños salvajes que nos daba demasiada vergüenza confesar ahora pueden convertirse en realidad.

Void Network [teoría, utopía, empatía, artes efímeras]
Fuente: http://www.crimethinc.com/.

Por el combate en el ámbito laboral

SOLIDARIOS DE LA SANIDAD PÚBLICA

De la memoria reciente de la lucha de clases

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com

















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