Cortocircuito: hacia un enfoque desde la autonomía sobre la gentrificación
Traducido por @Caliptra_ [i] a partir de “Short Circuit: towards an Anarchist Approach to Gentrificación”, de “Two Toronto Members”. Disponible en Libcom:
Definiendo el proceso
El resultado es en todas partes el mismo, cualquiera que sea el motivo invocado: las callejuelas y los callejones sin salida más escandalosos desaparecen y la burguesía se glorifica con un resultado tan grandioso; pero… callejuelas y callejones sin salida reaparecen prontamente en otra parte, y muy a menudo en lugares muy próximos.—Friedrich Engels, Contribución al problema de la vivienda [ii]
Gentrificación, etimológicamente
hablando, es una palabra relativamente nueva, acuñada en 1964 por el
sociólogo marxista Ruth Glass. Conceptualmente, algunos sostienen que ha
sido parte de la vida urbana por cientos de años. Entre 1853 y 1870,
por ejemplo, la haussmannización de París expulsó hacia la periferia a
miles de personas pobres que vivían en el centro de la ciudad, donde
tradicionalmente habían sido más baratos los alquileres; estas
migraciones fueren el resultado forzado de los cambios estructurales de
la geografía urbana de la ciudad que propuso Haussmann, aumentando
vertiginosamente los alquileres. Podríamos considerar estas anacrónicas
expulsiones como un ejemplo de gentrificación, pero, como veremos más
adelante, el término tiene algunos matices que tales comparaciones no
pueden aprehender.
Ruth Galls acuñó el término
gentrificación para describir el desplazamiento de los residentes
londinenses de barrios obreros por las clases medias propietarias, a
menudo bajo la consigna de “renovación urbana”. Como en Estado Unidos,
Londres fue testigo desde la Segunda Guerra Mundial de la creciente
desbandada de residentes adinerados desde el centro de la ciudad hacia
las periferias, provocado por un boom en el stock de la vivienda
suburbana. Este boom fue facilitado a escala ampliada por el Estado: los
planes para reconstruir Londres tras la Segunda Guerra Mundial
consideraron las periferias como el supuesto futuro de la ciudad. La
alta demanda de viviendas dentro de los límites de la ciudad condujo a
que la planificación pública visualizase una población urbana dispersa
en un área geográfica más amplia. Iniciativas financieras y de
estructuras urbanas, como aquellas incluidas en New Towns Act de 1946 y
en el New Towns Development Act de 1952, aportaron a los promotores el
capital público necesario para crear nuevas áreas suburbanas diseñadas
para contener el “desbordamiento” de los centros urbanos. Esto supuso
que muchos viejos barrios londinenses rápidamente convirtiesen muchas
viviendas en plurifamiliares; al tiempo que los residentes adinerados se
desplazaban a nuevas residencias expandiendo el área suburbana, la
demanda en la ciudad se redujo y la clase obrera empezó a poder afrontar
los alquileres. Como se hizo en muchas ciudades, este cambio implicó la
transformación de viviendas unifamiliares en casas divididas en
habitaciones o en alojamientos compartidos.
El Estado, preocupado ante esta visión
de expansión suburbana, relegó aquellas crecientes áreas proletarias a
la decadencia y ruina. Renovaciones y reparaciones de todo tipo fueron
consideradas despilfarros innecesarios y los recursos disponibles se
derivaron al desarrollo suburbano. Teniendo en cuenta lo anterior, dos
grandes cambios en los barrios londinenses se vuelven relevantes en
nuestra discusión sobre la gentrificación: 1) el stock de vivienda en
estas áreas se volvió asequible para la clase obrera residente debido a
la migración de residentes más adinerados a los nuevos pueblos y
periferias, creando de esta forma barrios preeminentemente obreros; 2)
el éxodo de estos residentes adinerados también supuso una desinversión
en estas nuevas áreas obreras: las viviendas no solo fueron reutilizadas
sino que también se deterioraron en tanto que el capital no estaba ya
disponible para tareas de mantenimiento (debido a una combinación entre
indiferencia estatal y movimiento de capital privado).
Por tanto, para cuando Glass estaba
escribiendo esto, numerosas zonas de Londres eran copadas por habitantes
de clase obrera que ocupaban los edificios antiguos más deteriorados.
Esta configuración del espacio supuso que las viviendas en muchos de
estos barrios fuesen baratas y de cierta relevancia arquitectónica o
histórica. Para finales de los 50 y principios de los 60, muchos
profesionales de clase media empezaron a generar interés en estas
viviendas y edificios, comprándolos a bajos precios y renovándolos.
Estos gentrificadores “pioneros” normalmente empleaban su propia fuerza
de trabajo y su propio capital, pues los subsidios del gobierno seguían
destinados al plan New Towns y las entidades financieras se mostraban
reacias a ofrecer crédito, debido principalmente a que estos barrios
eran aún considerados inversiones arriesgadas debido a su composición de
clase principal. En tanto que más y más personas de clase media
adoptaron esta estrategia, los alquileres subieron en tanto que caseros y
propietarios se dieron cuenta de que había propiedades que podían ser
rentables si eran utilizadas o se vendían a residentes que no fueran de
clase obrera. Esto forzó el desplazamiento de muchos proletarios que
vieron cómo sus barrios se volvían prohibitivamente caros. Por citar un
ejemplo, el barrio londinense de Barnsbury vio cómo caían los alquileres
sin mobiliario incorporado del 61% (respecto al stock total de
vivienda) a un escaso 6% en 1981.
Para Glass, este cambio representa el
punto de inflexión en su definición de gentrificación: la
“rehabilitación” de las zonas de clase obrera por clases medias que
adquieren propiedades y subsecuentemente producen el desplazamiento de
los residentes originales. El propio Glass también enfatiza los
elementos de clase en esta transformación: gentrificación es un juego de
palabras con el término inglés “gentry”, utilizado para denotar a los
dueños de la tierra y a la burguesía inmediatamente por debajo de la
nobleza en la jerarquía social. La llegada de profesionales de clase
media que vieron oportunidades e inversiones inmobiliarias en las
tradicionales zonas de la clase obrera fue, según Glass, la
manifestación contemporánea de la gentry. Mediante este razonamiento,
podemos definir el enfoque clásico respecto a la gentrificación como el
desplazamiento de personas pobres de viviendas y áreas enteras por
presiones económicas y sociales traídas por nuevos residentes con más
acceso social y financiero al capital que se mueve, provocando
sustanciales transformaciones tanto en la composición del stock de
vivienda como en la demografía del área. O, en palabras del geógrafo
inglés Tom Slater, gentrificación es “la expresión en los vecindarios de
la desigualdad de clase.”