Esta vez sí vamos a decirlo más alto porque más claro ya no se puede.
Este país apesta por los cuatro costados y en todos los frentes. Apesta la Corona; el último escándalo de Juan Carlos se ha cerrado en dos telediarios, resultó ser intocable cuando sucedieron los hechos. Apesta el Parlamento, ese contubernio de intrigantes, mentiros@s y traidor@s que, con el simple voto del crédulo demócrata, hacen de su capa un sayo. Apesta el Gobierno progre y feminista de Sánchez, tanto como apestaba el de Rajoy y el de sus antecesores. Las leyes se ejecutan en aras a conseguir que el negocio continúe y el orden se mantenga. Apesta la Justicia. ¡JUSTICIA! ¿ La que auspicia las vergonzosas desigualdades económicas y sociales? ¿La de "pendiente de resolución" que dilata hasta el infinito los litigios? ¿La que indulta al poderoso y cae como una losa sobre el resto? Losa tanto más pesada cuanto más consciente es el penad@. Dice un compañero preso: "Cuando uno está bajo el yugo de la esclavitud del siglo XX y XXI, ( por no remontarme a las galeras), solo hay dos formas de vida aquí dentro; la más extensa es la sumisión a espera de las migajas que te puedan caer según lo rastrer@ que seas. Otra es el enfrentamiento y la negativa a la sumisión, en parte por mantener tu integridad moral y tu dignidad....
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