Introducción.- A pesar de la premura con que se tiene conocimiento del análisis básico se interviene en el sentido de su consideración como válido para iniciar la discusión, ya que se orienta desde unos parámetros muy reales de la fase en que se encuentra hoy el sistema capitalista y con un contenido abandonado totalemente en la perspectiva analítica sindical, debido a la desviación ideológica de estas organizaciones y a su total integración en el sistema que las lleva a la adopción de una planteamiento de adaptación del capitalismo.
Aportaciones de la primera Asamblea de análisis y debate de las relaciones laborales en el momento actual.
1. Se aportan argumentos en relación a que el coste económico que al sistema imperialista le está costando hoy el mantenimiento del poder, debido a la resistencia a sus ocupaciones será parte fundamental de su caída como tal.
2. Se apunta demás que el proceso, destrucción-reconstrucción, en tantas ocasiones utilizado como salida para la supervivencia del sistema, hoy se vuelve contra el propio sistema, ya que la contestación generalizada que se está dando a este método y la combatividad contra este proceso es cada vez mayor, más amplia y de más difícil control. Movimientos contra el ejército, contra la guerra, contra las multinacionales, contra la banca, etc... que son pilares del sistema.
3. No obstante, el tipo de acción que caracteriza hoy al movimiento antisistema, tomando como forma la lucha de guerrilla armada y la práctica terrorista es algo que deberá ser analizado en profundidad a la hora de definir una metodología de acción.
4. Se hace referencia al peligro y los graves problemas que al sistema le crea la industrialización de algunos países emergentes y en vías de desarrollo, y como puntos de referencia en relación con la adaptación a la economía de mercado están en China y Rusia, donde el actual sistema de poder imperialista tiene perdido parcialmente el control y están tomando fuerza otros grupos de poder en manos del partido único en la primera y de las mafias en la segunda.
5. En cierto momento del debate se llega a tener la impresión de que existen varios modelos de capitalismo, debiendo aclarar, refiriéndonos al segundo párrafo del análisis preliminar que en la fase superior de capitalismo salvaje en la que nos encontramos, este modelo monopolista e imperialista es el único existente y desde esa perspectiva hay que hacerles frente, sin dejar por ello de tener en cuenta, tanto sus luchas itnernas por detentar el poder, como sus fórmulas de presentarse ante el mundo del trabajo con el fin de desviar y dividir el esfuerzo combativo del proletariado y las formulaciones reivindicativas y de lucha.
6. Sobre la orientación anticapitalista y revolucionaria, se ve que será de vital importancia tener en cuenta el rechazo a métodos organizativos y de acción que contemplen el cambio de las condiciones sociales por medio de las reformas y sin un planteamiento general de lucha dirigido a la total destrucción del sistema actual, desechando por tanto cualquier método que parta de fórmulas que precisen de la integración en el mismo de la colaboración con él o sus agentes.
Por otra parte se argumenta sobre la resistencia que el poder dominante opondrá a la pérdida de sus privilegios, cuestión que no abandonará pacíficamente, como no acepatará su destrucción sin una defensa a ultranza de carácter sangriento, para la que el proletariado deberá estar preparado.
7. Se hace referencia a la improtancia que tiene introducir en el análisis el proceso educativo utilizado como medio de alienación y utilización para sus fienes de la calse explotada, y el control y regulación de la natalidad junto con el control de la población con vistas a la reproducción de la mano de obra según los intereses del sistema en cada momento concreto.
Sobre los ejes de control del sistema de explotación.
El paro como ejército de reserva.- El mercado de la fuerza de trabajo bsado en la oferta y la demanda y dentro de un sistema de competitividad sigue siempre las mismas reglas: a más producto menos precio.
En este tema, lo que a nivel de consumo el capitlaismo itnenta controlar mediante la eliminación de excedentes, en relación con la mano de obra fomentan esos excedentes, de forma que, en ambos casos, el precio beneficia siempre al capital.
Jamás en el sistema capitalista avanzado se dio el pleno empleo, pues la creación y permanentización de un determinado índice de parados le es fundamental para imponer una disciplica laboral, mantener una continudiad en la demanda de trabajo y regular los salarios, adecuándolos a sus intereses y necesidades empresariales.
No obstante la regulación de esta situaciónc on su repercusión de contestación social ya no sirve al sistema ni siqueira de colchón que amortigüe las crisis, pues la superproducción por un lado y la acumulación de capital por otro no les deja tiempo material suficiente para la recuperación y ni el nivel salarial, ni el disciplinario son los únicos elementos capaces de retrotraer las crisis, pues en ellas intervienen otros factores que no son capaces de superar, como son, entre otros, el avance tecnológico rápido, la competitividad entre grupos de poder, la degradación planetaria y su contestación social, la desindustrialización de países con latos índides de saturación en el consumo, los periodos de amortización de países emergentes, los gastos originados en la confrontación por el control de las materias primas, los problemas de orden público originados por el trasvase de los medios de producción de unos lugares a otros, etc..., con el gravante de que la eprmanentización de todos ellos dan lugar a un revulsivo social cada vez más elevado y peligroso para la estabilidad del sistema.
El mantenimiento de estos métodos en el actual momento de trasvase industrial y reducción de consumo en que se encuentran los países industrialziados supone que el trabajo precario y temporal, la isneguridad en el empleo, el mantenimiento de elevados índices de paro y la utilización legal e ilegal de la inmigración sean situaciones que están condenadas a enquistarse, por ello es algo fundamental a denunciar y combatir, inentado que ello no se asuma como algo consustancial en el mundo del trabajo y con lo que halla que convivir, evitando que sirva como freno a la contestación social y evitando también que la renuncia a la lucha sirva como justificación en espera de que a cambio de ello el capitalismo conceda lo que sus reglas de juego no le permiten, pues va en contra de su propia supervivencia, osea, una contratación permanente, un emepleo fijo y un salario digno.
Sobre la emigración como elemento regulador de la demanda de trabajo, el nivel salarial y las condiciones de explotación.- Al igual que en otras épocas, hoy se está utilizando la emigración como medio de trasvase de mano de obra de unos países a otros. Esto, no obstante, no impide que en los países receptores de emigración siga matneniéndose mano de obra en paro,
Partiendo de la base de que el capitalismo imperialista está centrando sobre la práctica, su opción en la industrialización y apertura de mercado sólo en ciertos países y el total expolio en otros, de ello se deduce que el mantenimiento de países empobrecidos, tanto como el fomento controlado de la emigración de éstos a otros países industrialziados o en vías de desarrollo, sea algo obligado para continuar con su sistema de explotación.
El organigrama establecido al respecto pretende con esta fórmula regular a medida de los itnereses capitalistas el nivel slarial y las condiciones laborales de explotación, rebajando las exigencias de la mano de obra nativa que reivindica salarios adecuados al nivel de vida en los países receptores, mientras que la emigración al proceder de países con menos recursos y mayor neceisdad de subsistencia, ofrece su fuerza de trabajo por menos dinero y peors condiciones de trabajo. Sólo así se comprende situaciones como las que se da en España donde mientras que hay de una u tora forma tres millones de emigrantes empleados, aún (y siempre) existen otros dos millones de trabajadores nativos en apro.
De todo ello se desprende que al sistema le itneresa sobremanera, no sólo el flujo de emigrantes legales, sino también que dentro de este exista un porcentaje de ilegales que (sin crear graves problemas sociales) trabajan en condiciones denigrantes y por salarios de miseria, de forma que sirvan de referencia para la reducción generalizada del nivel salarial y el aumento de las malas condiciones laborales, así como para fometnar la xenofobia y el racismo, haciendo culpables a los emigrantes de las consecuencias sociales derivadas de la salvaje explotación, desviando la lucha contra el sistema hacia el referente de la emigración.